Tras viajar a Brunei para participar del Apec, el ´Chino´ hizo valer su nacionalidad japonesa y partió rumbo a ese país desde donde decidió cortar lazos con sus conciudadanos peruanos vía fax.
La historia es conocida. Hace diez años un presidente peruano, con cara y apellido japonés pisa suelo nipón y decide acabar de pronto con más de una década de gobierno de un país que supuestamente lo vio nacer en una fecha destinada a no hacer dudar a nadie acerca de su patriotismo, 28 de julio.
Tokio 19 de noviembre del 2000, decía en la parte superior de la carta que Alberto Fujimori Fujimori, le envió al presidente del Congreso de la República, Valentín Paniagua, en la que le informaba su decisión de renunciar al cargo luego de meditar sobre la necesidad de abrirle camino a un nuevo proceso político nacional.
Tras una década de mandato el señor presidente pasaba a ser ex presidente, hacía valer su nacionalidad japonesa y se quedaba en aquel país para integrarse a la honorable vida de un mandatario que por propia determinación decide cortar sus relaciones directas con sus connacionales.
Había viajado desde Brunei, país del sudeste asiático al que llegó en una visita oficial para participar de la reunión del APEC.
Al parecer, luego de la reunión de los presidentes del Asia Pacífico, tenía previsto viajar a Panamá para otra reunión internacional, sin embargo decidió encaminarse a Japón.
Su partida fue como cualquier otra, en aquellos días la vida política y social nacional andaba convulsionada por la aparición de los ‘vladivideos’ y la salida dos semanas antes de Montesinos en el velero Carisma con rumbo a Venezuela.
Sin embargo la mayoría -excepto algunos políticos de gran olfato- pensaban que volvería, e incluso quizá no todos se habían percatado que ya no estaba.
"He vuelto, entonces, a interrogarme sobre la conveniencia para el país de mi presencia y participación en este proceso de transición. Y he llegado a la conclusión de que debo renunciar, formalmente, a la Presidencia de la República, situación que contempla nuestra Constitución, para, de este modo, abrir paso a una etapa de definitiva distensión política que permita una transición ordenada y, algo no menos importante, preservar la solidez de nuestra economía.", decía la misiva enviada desde el país del sol naciente.
La opinión pública comenzó a especular y la principal conclusión que emitía era que el ‘Chino’ temía ir a prisión por actos de corrupción, de los que ya se hablaba por todos lados.
Hubo tiempo de sospechar que ya se había encargado de desaparecer o llevarse consigo de forma efectiva, los videos grabados por su ex asesor presidencial en los que quedaba en evidencia supuestos actos de corrupción de su régimen.
Luego Fujimori volvería, pero esa es otra historia y también es conocida.
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