Alejandro Soto, presidente del Congreso, por Fernando Carvallo [COLUMNA]

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El congresista Alejandro Soto fue elegido ayer con amplia mayoría presidente del Congreso. Desde la juramentación de los vicepresidentes se pusieron en evidencia las fricciones al interior de la Mesa Directiva, puesto que los vicepresidentes Hernando Guerra García y Rosselli Amuruz prestaron juramento por la constitución de 1993, mientras que el vicepresidente Waldemar Cerrón lo hizo por una Asamblea Constituyente que permita la elaboración de una nueva Constitución. No sabemos si tras la retórica de unos y otros asoman estrategias que los condenen a la confrontación o si se trata solo de la captura de parcelas de poder. Abogado nacido en el Cusco en 1960, el nuevo presidente del Congreso es miembro del partido de Cesar Acuña desde el 2008, pero participó en elecciones con otras fuerzas políticas desde 1995. En la elección de ayer se impuso con holgura con 77 votos, contra 39 de su único contendor, Luis Aragón, de Acción Popular. Soto adquirió notoriedad en el Cusco a causa de su actividad como periodista de una cadena local de televisión, en la que durante la campaña del 2021 se entrevistó a sí mismo. Soto asume la tarea de presidir la Comisión Permanente y el Consejo Directivo del Congreso, y dispondrá de un margen de acción para fijar las prioridades de la agenda del Pleno, así como de las acusaciones constitucionales, las contrataciones y el nombramiento del Oficial Mayor. El nuevo presidente asume funciones en momentos en que el Congreso supera sus récords históricos de desaprobación. Soto deberá dar pruebas de su compromiso contra la corrupción puesto que él mismo es objeto de más de cincuenta investigaciones fiscales. Se espera también que sepa impulsar una agenda legislativa que contribuya con la reactivación de la economía, la eficiencia de la gestión pública y la reducción de la pobreza.

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