Retirar la palabra: ¿En qué consiste y qué implicancias tiene este pedido hecho en el Pleno del Congreso?

La sesión del Pleno del Congreso de este lunes fue una de las más tensas ocurridas en las últimas semanas. Todo comenzó con una acusación del congresista Alberto de Belaunde (Bancada Liberal) hacia la bancada Fuerza Popular, generando la solicitud de Luz Salgado a que “retire la palabra”.

Pero ¿qué significa esta expresión y qué consecuencias puede tener? RPP Noticias conversó con fuentes especializadas para entenderlo.

Según el expresidente del Congreso Ántero Flores-Aráoz, cualquier parlamentario que se haya sentido aludido por el dicho de otro puede solicitar el retiro de la frase, sin importar si se trata de una imputación real o falsa, un agravio leve, una ofensa o incluso un insulto.

“Normalmente ocurre cuando se atenta contra el prestigio, entonces el presidente del Congreso, a indicación del que se siente afectado, pide que se retire la palabra”, afirmó.

En esa línea, no existe una forma de determinar de manera objetiva qué puede ser considerado un agravio ni si hay una gradación para este. Es meramente subjetivo y depende únicamente de la persona que se ha sentido afectada, señalan fuentes del Congreso a RPP.

Si el parlamentario accede a retirar la palabra, el impase se da por concluido. Sin embargo, el incidente permanece en el acta del Pleno, así como en el diario de los debates, donde se cuentan todos los detalles e incidencias de la sesión, y en las grabaciones de audio y/o video.

¿Si no retira la palabra?

Según el Reglamento del Congreso de la República, en la sección “Reglas de orden en las sesiones”, el presidente del Congreso está facultado a imponer el orden en las sesiones, así como a exigir el retiro de frases ofensivas proferidas contra las autoridades, los miembros del Congreso y las personas. Dice así:

“Si cualquier congresista impide con su conducta el normal desarrollo de la sesión y no acata el llamado de atención y las decisiones del presidente en materia de orden, este lo reconviene”. En este caso, le insta a retirar la palabra.

Sin embargo, el congresista no está sujeto a mandato imperativo, es decir, puede negarse a hacerlo de manera reiterada, tal como hizo De Belaunde. “Si el Congresista persiste en su actitud, el presidente ordena su salida de la Sala. Si no obedece, el presidente suspende la sesión por quince minutos", reza el reglamento.

Flores-Aráoz señala que es usual que el presidente del Congreso suspenda la sesión para luego buscar a los involucrados y culminar con el incidente en privado. Si esto no ocurre, el incidente queda en suspenso hasta que se reanude el hemiciclo.

"Reabierta la sesión, el presidente reitera su pedido. Si el Congresista se allana, el presidente da por concluido el incidente; de lo contrario, la Mesa Directiva propone al Pleno, según la gravedad de la falta, la sanción de suspensión”, dice el reglamento.

Las sanciones

Esta sanción implica la suspensión en el ejercicio del cargo y descuento de sus haberes desde tres hasta ciento veinte días de legislatura, de acuerdo con el artículo 24 del Reglamento del Congreso.

Luego del incidente entre Salgado y De Belaunde, los integrantes de Fuerza Popular abandonaron el hemiciclo. Para Flores-Aráoz, esta actitud “es una forma de protesta, que no está indicanda en el reglamento, pero que en la práctica se hace”.

Esta acción no está sancionada; sin embargo, dice el excongresista, puede estarlo en el futuro. Si los fujimoristas insisten en ausentarse en las próximas sesiones sí pueden ser sancionados, pues estarían “impidiendo que haya quorum para sesionar, atentando contra el buen funcionamiento del Pleno”.

Del mismo modo, su sanción puede llegar a la suspensión y al descuento en sus haberes.