Como alcalde de La Victoria me tocó estar en la primera línea de lucha contra la pandemia, desde que esta comenzó en marzo pasado. He sido testigo de cómo la enfermedad ha ido avanzando en nuestra población, destruyendo vidas, proyectos y sueños. Lamentablemente, las primeras medidas del Gobierno no fueron las más sensatas.
Nuestro planteamiento para luchar contra esta pandemia considera dos escenarios: la contención, vista como el esfuerzo para evitar la propagación de la enfermedad identificando a la fuente de contagio y la implementación de medidas para aislar a las personas infectadas; y la mitigación, que incluye el esfuerzo para limitar la propagación del virus mediante el distanciamiento social.
La atención primaria debe ser la principal arma en la lucha contra esta batalla y convertirse en una estrategia intersectorial. Es necesario fortalecer el trabajo articulado entre los gobiernos regionales y locales. Esta gran tarea no solo debe ser desarrollada en los establecimientos de salud o en los domicilios; sino que debe involucrar y comprometer a los gobiernos locales, iglesia, representantes de la sociedad civil, en las actividades preventivas y fomentar el cuidado de la salud.
Recordemos que el 80% de las necesidades de salud de la población se deberían solucionar en el primer nivel de atención. Pero esta tarea también implica que nuestros médicos, enfermeras y técnicos que trabajan en las postas o centros de salud de barrio estén no solo bien preparados, sino también bien equipados para protegerse del virus y atender con seguridad a los enfermos.
Para la prevención y control de la transmisión comunitaria, también se deben fortalecer las plataformas de telemedicina, a través de las cuales se puede hacer el monitoreo y seguimiento de casos.
Como segundo punto, debemos incidir en la detección oportuna de casos, a través de pruebas de antígeno, tratamiento temprano y oportuno mediante vía telefónica (en primera instancia), y de ser necesario, trasladar oportunamente al paciente a establecimientos de salud.
En tercer lugar, es necesario fortalecer el nivel de hospitalización con camas UCI y ventiladores mecánicos para los pacientes que necesitan oxígeno de alto flujo, es decir los que están gravemente complicados.
En cuarto lugar, y como parte del rol fundamental de la atención primaria, es de vital importancia garantizar la provisión de la vacuna contra la Covid-19, para lo cual es necesario fortalecer la cadena de frio de inmunizaciones que permita garantizar la vacunación segura.
Es importante también reforzar la participación de las Fuerzas Armadas, ellos tienen la capacidad operativa y un apoyo logístico de primer nivel, fuera de la experiencia -ya demostrada- en procesos organizativos y presencia en todo el territorio nacional.
En los últimos días hemos sido testigos de cómo el oxígeno ha estado escaseando en todo el país. Vemos imágenes tristes de familiares haciendo cola, incluso de madrugada, pedidos de auxilio en redes sociales por conseguir ese vital elemento para salvar la vida de sus seres queridos.
Hoy, más de 100 peruanos fallecen en un solo día y más de 3 mil se contagian. No permitamos que esta pandemia nos siga quitando a nuestros seres queridos, pongamos de nuestra parte. Solo si nos mantenemos unidos y con disposición podremos salir adelante y evitar el aumento de los contagios. ¡Mi compromiso siempre será con el Perú!
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