La propuesta del referéndum hecha por el presidente goza de respaldo ciudadano y ha significado un repunte en su aprobación. Los analistas advierten, sin embargo, que tiene límites para el Ejecutivo y para el Congreso y que no solo ellos pueden ser beneficiados.
El referéndum está sobre la mesa. La invocación de este mecanismo de consulta ciudadana, durante su primer mensaje a la Nación por Fiestas Patrias, le ha generado al presidente Martín Vizcarra un importante repunte en el difícil rubro del respaldo ciudadano.
El Ejecutivo envió este jueves al Congreso los proyectos de ley de reforma constitucional que serán luego sometidos a consulta. La pelota está ahora en la cancha del congreso. Al respecto, un primer análisis del discurso presidencial considera que el referéndum y los temas a ser consultados constituyen una jugada política maestra porque el Ejecutivo ha trasladado al Parlmaneto la 'papa caliente' de las reformas que reclama un amplio sector de la población. Así también o estima el analista político José Carlos Requena.
“El mensaje de Martín Vizcarra es el más importante desde el de la estatización de la banca de Alan García [en 1987], en el sentido de que ningún mensaje de 28 de julio ha tenido que este ha podido tener”, señala Requena a RPP Noticias. “Lo que tenemos es un oficialismo que recién está terminado de armarse detrás, teniendo algunos voceros. Ahí vas a ver cómo terminamos de recolocarse los ministros, por ejemplo, que cada uno anda en lo suyo”, agrega.
Límites y alcances del referéndum
Pero, ¿cómo se llega al referéndum anunciado por el presidente Martín Vizcarra? ¿Cuál es el papel que juega el Parlamento? Raúl Castro, expresidente de la Comisión de Justicia del Congreso lo explica así: “Cuando se trata de modificar la Constitución, su artículo 206 establece las formas explícitas sobre cómo se debe hacer. Una de ellas es con la aprobación, en primera legislatura, el Congreso unicameral con la mitad más uno de los votos. La segunda parte es a través de la ratificación en un referéndum”.
El jurista y excongresista Fernando Altuve recuerda, sin embargo, que el referéndum no es la principal vía prevista para una reforma constitucional. “Lo que busca la Constitución es generar un consenso en el Congreso para la reforma constitucional. Si ese consenso de dos tercios no se da, entonces se convoca al pueblo. El referéndum es residual, no es la primera opción. La primera opción es que el Parlamento tenga una mayoría calificada”, dijo el también excandidato a la Alcaldía de Lima a RPP Noticias.
Luego del planteamiento del referéndum, que algunos entienden como un reto del Ejecutivo al Congreso, voceros del Parlamento han respondido con la posibilidad de agregar otros temas, otras preguntas en la consulta ciudadana. ¿Es esto posible? “Se tiene que hacer un proyecto de ley que sea aprobado por el Consejo de Ministros y tiene que ir, con texto explícito de proyecto de ley, al Congreso, que lo deriva a la comisión de Constitución. Tratándose de un proyecto de ley, los congresistas pueden, por cierto, modificar el articulado propuesto por el Ejecutivo”, opina Castro.
Eso sí, tanto el Parlamento como el Ejecutivo tienen límites al momento de plantear los temas materia de referéndum, advierte Altuve. “Por ejemplo, en el caso de salirse de la Corte (Interamericana de Derechos Humanos) eso no es un tema de derechos fundamentales, es un tema de derecho de competencia. Hay una diferencia clara entre la salirse de la Convención Interamericana y retirarse de la competencia contenciosa, que no es una materia de derechos fundamentes y puede entrar perfectamente dentro de las preguntas que haga el Parlamento”.
¿Un tercer beneficiado?
Al inicio señalamos que el presidente Martin Vizcarra es el principal beneficiado con el referéndum, pero ¿es el único que puede obtener réditos políticos de esta situación? José Carlos Requena lo ve así: “lo que puede terminar pasando es que esto te descuadre más y termine no fortaleciendo a Vizcarra o al fujimorismo, sino a alguien más”.
“Haciendo el símil de 1987, quien apareció y se montó sobre la ola ‘antiestatización’ fue Mario Vargas Llosa, quien estuvo tres años, en la práctica, en contienda. Sin embargo, al final quien se terminó comiendo la torta fue Alberto Fujimori”, señala el analista político. “El año 1987 fue el inicio de un giro hacia una economía -o una sociedad que apoyaba la economía- de mercado frente a una economía en la que el Estado tenía un rol mayor; y también fue el inicio de los ‘outsiders’”.
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