En marzo, los servicios de Facebook colapsaron durante varias horas y provocaron uno de los apagones digitales más dañinos de la historia. Sin embargo, el daño parece haberse extendido en todas direcciones.
Aun esperamos que Facebook restablezca el servicio de sus sistemas de comunicación, y nos queda el recuerdo de uno de los peores pagaones registrados por la red social y sus productos. En marzo, durante más de 12 horas, la compañía fundada por Mark Zuckerberg fue el centro de la tormenta en una caída de servicio que parecía no acabar nunca, y que impactó a uno de cada 3 seres humanos. Sin WhatsApp, sin Facebook, sin Instagram, sin Messenger. 12 horas sin estos servicios que centralizan el flujo social de nuestros tiempos, y que ha evidenciado uno de los detalles más interesantes en la industria de la tecnología.
No fue un ataque, pero parecía
Desde el mediodía del miércoles 13 de marzo, se reportaban algunos problemas de conexión en los servicios de Facebook. La tendencia se disparó a partir de las 4 de la tarde, cuando el problema afectó la costa este de Estados Unidos. Desde ese momento, Facebook intentó controlar la situación confusa, enviando comunicados a través de Twitter.
Cuando hablamos de un DDoS (un ataque por denegación de servicio), hablamos de un tipo de ataque a la red que provoca la inaccesibilidad de usuarios legítimos a una dirección. Para esto, un atacante debería consumir el ancho de banda de la web que quiere bloquear o busca generar procesos que sobrecarguen los sistemas. En el caso de Facebook, un entorno que mueve a la tercera parte de la población global con videos y fotos en todo momento, es poco probable que pueda ser derribada con ese mecanismo.
Raj Mathai, presentador de noticias en NBC Bay Area, publicó en Twitter que una fuente interna de Facebook le mencionó que el problema se trató de una “base de datos sobrecargada”:
Esta lectura no es oficial, pero podría darnos luces sobre el tema.
La concentración de redes y el evidente perjuicio
Uno de los factores que debemos entender, de una vez por todas, es que hoy la concentración de redes es un hecho que ya no puede sostenerse. Durante esta década, las grandes compañías tecnológicas han amasado un puñado preocupante de innovaciones con clara tendencia al crecimiento. Hoy, con 3 servicios de alta demanda, Facebook Inc. centraliza el uso y las direcciones de los usuarios.
Ayer, muchos usuarios comenzaron a preguntar por la estabilidad de los servicios en Twitter, pero pocos eran de hacer este “match” elemental de servicios. Algo debe quedar claro: Facebook es una empresa unificada, que usa los mismos recursos para sus servicios. Si en algún momento Facebook vuelve a caerse, lo más probable es que caigan las otras con él.
Esto no pasaría, evidentemente, si estas empresas se mantuvieran independientes. La senadora estadounidense Elizabeth Warren ya ha advertido acerca de esta peligrosa “concentración de redes” y lo ocurrido ayer podría incrementar el interés en su propuesta. Una empresa como Facebook tiene demasiado poder, demasiada data de nosotros, demasiada importancia en la vida de la gente y en la estrategia de varias marcas. Y ahora cuenta con 2 mil millones de usuarios en WhatsApp, mil millones de usuarios activos por día en Instagram y más de 2,5 mil millones en la gran “F”. Todos sus servicios son importantes, y no se pueden caer al mismo tiempo.
El problema mayor viene cuando vemos el alcance de esta caída. Y aquí el panorama anda peor.
Un impacto que golpeó a todos
Durante el tiempo que duró el “Apagón de Facebook”, muchos servicios tuvieron la misma conducta. A través de Down Detector, un servicio que concentra diversos reportes de usuarios a nivel global, pudimos observar todo el proceso de caída y recaída de Facebook y su emporio. Si observamos con detalle, muchos servicios tuvieron las mismas líneas de comportamiento que las aplicaciones de Facebook durante el blackout:
Aquí hay varias cosas que explicar. Para empezar, son varios los servicios que utilizan el ingreso “a solo un clic” de Facebook, un sistema que le permite al usuario ingresar a su cuenta usando las credenciales de la red social, para simplificar pasos. Al no encontrar respuesta del servidor, la gente comenzó a reportar problemas. Podemos imaginar a 2 mil millones de personas intentando acceder al mismo tiempo a Spotify, Niantic, Uber y otros sistemas.
Por otro lado, Facebook aloja parte de su información en granjas de servidores a nivel global, que se enlazan para trasladar información por bloques a diferentes usuarios en el mundo. Si uno de ellos falla, o simplemente no se conecta, genera una reacción en cadena de otros servidores.
En el caso de las operadoras, el reporte de problemas también fue intenso. Recordemos que estas plataformas afectadas son, en esencia, móviles. Apps de teléfono. Por esa razón, cuando un usuario no podía ingresar a una cuenta de Facebook o no era capaz de descargar un GIF de WhatsApp, asumía por defecto que la operadora era la responsable.
Como ves, el panorama de esta caída es mucho mas grande. Y eso que no mencionamos la caída de Google en la víspera. Sin embargo, esto nos da nuevas luces del momento que vivimos. ¿Realmente queremos que una sola empresa centralice los servicios más importantes del mundo, y que no podamos hacer nada cuando se caiga una sola pieza que genera un colapso general? Los planes de Zuckerberg para la unificación de sus plataformas deben ser revisados, y establecer una red de emergencia efectiva que permita, al menos, que una de sus plataformas no colapse en este tipo de situaciones. Pero, así como vamos, nadie se lo va a pedir.
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