Empresas tecnológicas recortan equipos de ética en medio de las preocupaciones por la inteligencia artificial

El desarrollo exponencial de la inteligencia artificial ha provocado que múltiples figuras pidan un alto a este avance científico para determinar el camino mediante regulaciones y no provocar un impacto negativo en la población. Sin embargo, las empresas responsables de estos avances parecen estar desconectados de ello, porque precisamente los equipos encargados de dar seguridad, los de ética, están siendo despedidos.

Microsoft, Google, Meta y Amazon siguen pasando por procesos de despidos en sus oficinas y, citando la búsqueda de eficiencia, dejan libres a los trabajadores que pueden ser claves para un desarrollo seguro y confiable de la ya venidera industria de IA.

Los que se van

Actualmente, la compañía más grande en avances de IA es OpenAI, creadora del ChatGPT, un bot que, mediante este sistema, conversa, crea y da información a los usuarios.

Sin embargo, Microsoft, la principal empresa inversora detrás, despidió a todo su equipo de ética y sociedad que lideró el trabajo inicial en el área.

Google trata de competir al GPT-4 con su propia IA llamada Bard. Pero recientemente eliminó una gran cantidad de puestos de supervisión ética en inteligencia artificial en medio del grupo de 12 mil empleados despedidos de Alphabet.

“Es impactante cuántos miembros de los equipos sobre IA responsable están siendo despedidos”, señala Andrew Strait, director del Instituto Ada Lovelace, dedicado a velar por el desarrollo consciente de la inteligencia artificial. Strait también fue investigador de ética y políticas en DeepMind, otra filial de Alphabet. Resaltó que “estos grupos se necesitan hoy más que nunca”.

Meta, en septiembre el año pasado, desvinculó a 20 ingenieros y especialistas encargados de monitorear los derechos civiles y la ética en Instagram y Facebook.

Una necesidad

Este mismo miércoles, personalidades tecnológicas como Elon Musk y Steve Wozniak se han unido en una carta abierta para pedir por “una pausa” al entrenamiento de inteligencias artificiales por al menos “6 meses” para todos los sistemas que puedan ser más potentes que GPT-4, el más popular en la actualidad.

Para esta comunidad, la inteligencia artificial puede generar un impacto profundo en la sociedad, por lo que se debe acompañar su desarrollo de manera responsable y regulada.

El objetivo es que se dé “un paso atrás para conseguir que los potentes sistemas de vanguardia actuales sean más precisos, seguros, interpretables, transparentes, robustos, alineados, fiables y leales".

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