Ya no son jóvenes con conocimientos informáticos en busca de notoriedad sino colectivos que, mediante pretexto de una buena acción, tienen como fin el beneficio económico, según expertos en seguridad de BIT y Karpersky.
Han atacado webs institucionales de todo el mundo, han causado problemas a compañías como Sony o Mastercard y se han erigido como los ciberdefensores de la conciencia global. Sus prácticas son discutibles, pero los "hacktivistas" están de moda y Facebook podría unirse mañana a su ya larga lista de víctimas.
A principios de agosto, un grupo de hackers que decían pertenecer a la organización de piratas informáticos Anonymous publicaban un vídeo en que amenazaban con "aniquilar" Facebook el 5 de noviembre con el argumento de que, a su parecer, la red social creada por Mark Zuckerberg "viola la privacidad" de sus usuarios.
Los "medios oficiales" de Anonymous (una cuenta en Twitter y una página web) en seguida desmintieron que fueran ellos los responsables de la amenaza, pero la noticia demostró que la semilla del hacktivismo está sembrada desde hace tiempo y ahora cada planta crece en una dirección, aunque traten de resguardarse bajo el paraguas de los ya consolidados Anonymous.
Manuel Vázquez López, jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) española, explicó a EFE que el fenómeno del hacker, "como cualquier actividad que requiere de una alta inteligencia", produce "fascinación", sobre todo por el hecho de que "sus acciones apoyan causas que la opinión pública considera justas".
Sin embargo, Vázquez cree que con el trabajo de la policía, que en España se saldó con la detención de tres responsables de Anonymous en el mes de junio, "muchas personas que participan en los ataques, al enterarse de que es ilegal, lo dejarán".
Mucho se ha hablado sobre la responsabilidad penal de acciones como el robo de datos o el bloqueo de webs mediante un alto número de peticiones. Vázquez despeja dudas y cita los artículos del Código Penal (el 197 para los delitos de descubrimiento y revelación de secretos y el 264 para el de daños en los sistemas y datos informáticos) que establecen el límite legal a estas iniciativas.
"La capacidad final de decidir quiénes son los objetivos contra los que se deben dirigir los ataques recae en un grupo muy reducido de personas", explica Vázquez sobre el modo de operar de estas organizaciones delictivas "que en internet son diferentes al mundo físico porque colaboran en la comisión de delitos personas que no se conocen y están a miles de kilómetros de distancia".
Vázquez lidera un equipo de policías que recabando información a través de foros y manteniéndose en contacto con las empresas y organismos perjudicados consiguen llegar hasta los responsables últimos de ciertas acciones.
El resultado es que desde octubre de 2010 la BIT analizó más de 2.000.000 de líneas de registro de chats y páginas web usadas por Anonymous para dar con la cúpula en España.
También al seguimiento de los ciberdelincuentes, aunque con otro objetivo, se dedica Ricardo Hernández, responsable de investigación de la marca de software de seguridad Kaspersky, quien advierte de que en España "hay grupos bastante activos de "hacktivistas" movilizados".
Su trabajo consiste en avanzar cuáles serán las tendencias que seguirán los hackers en el futuro y tiene claro que "veremos surgir nuevos grupos de forma espontánea, aunque no podemos saber si seguirán la estela del "hacktivismo" puro, de protesta social".
El perfil de los hackers ha evolucionado, los protagonistas de ciberdelitos ya no son jóvenes con profundos conocimientos informáticos en busca de notoriedad, sino colectivos que, aunque sea con el pretexto de una buena acción, tienen como fin último el beneficio económico. Sin embargo, sus acciones siguen resultando igualmente delictivas, coinciden ambos expertos.
En lo que no están de acuerdo es en qué ocurrirá mañana con Facebook. Si el experto de Kaspersky dice que no "dan credibilidad" a las amenazas, el jefe de la BIT advierte que "seguramente, lo intentarán".
Solo el tiempo dirá si el 5 de noviembre, que conmemora la detención en 1605 del conspirador Guy Fawkes, que planeaba atentar contra el Parlamento británico, será también una fecha que marcar en rojo en el calendario de los grandes incidentes de internet.
EFE
Comparte esta noticia