El CEO de OpenAI ha sido elegido por ser “la cara pública y principal profeta de una revolución tecnológica”.
Sam Altman ha vuelto a hacer noticia en estos últimos días, aunque ahora por algo mucho más positivo que su destitución y su pronta reposición: ha sido elegido el CEO del 2023 por la prestigiosa revista Time.
El líder de bha sido elegido por ser “la cara pública y principal profeta de una revolución tecnológica” como lo es la inteligencia artificial, campo que su empresa lidera.
Las razones
Altman habló con Time exactamente un año después de que OpenAI lanzara ChatGPT, “el producto tecnológico más rápidamente adoptado de la historia”, según la revista.
Dentro de la redacción se remarca que “el impacto del chatbot y de su sucesor, GPT-4, fue transformador para la empresa y para el mundo”.
“Para mucha gente”, dice Altman, 2023 fue “el año en que empezaron a tomarse en serio la IA”.
“Nacida como un laboratorio de investigación sin ánimo de lucro dedicado a construir inteligencia artificial en beneficio de la humanidad, OpenAI se convirtió en un cohete de 80.000 millones de dólares. Altman emergió como uno de los ejecutivos más poderosos y venerados del mundo, la cara pública y principal profeta de una revolución tecnológica”, añade y resume el medio.
Altman también estaba nominado como Personaje del Año, premio que finalmente fue dado a Taylor Switft.
Luego de momentos de crisis
El nombramiento de Altman llega luego de que su nombre figure en los principales medios por haber iniciado una cruzada para su reposición en la empresa que cofundó: OpenAI.
Para Time, una de las principales razones del enfrentamiento en OpenAI “es que todos los involucrados piensan que un mundo nuevo no está por llegar, sino que está llegando rápidamente”.
La razón detrás de la destitución de Altman sigue sin estar clara, pero algunos reportes aseguran que había logrado dar un paso importante en el camino a la inteligencia artificial general (AGI). Altman cree que el AGI (un sistema que supera a los humanos en muchos aspectos) podría alcanzarse en algún momento de los próximos cuatro o cinco años. La AGI podría impulsar la economía global, ampliar las fronteras del conocimiento científico y mejorar drásticamente los niveles de vida de miles de millones de seres humanos, creando un futuro que parece tremendamente diferente del pasado.
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