Científicos han completado la secuenciación del genoma del bonobo, el ´pariente´ vivo más cercano al hombre junto al chimpancé.
Un grupo internacional de científicos, con representación española, ha completado la secuenciación del genoma del bonobo, el "pariente" vivo más cercano al hombre junto al chimpancé, aunque más pacífico, juguetón y promiscuo sexualmente.
Se trata de la secuenciación del último gran simio que faltaba por analizar: el chimpancé lo fue en 2005, el orangután en 2011 y el gorila este mismo año, 2012.
De esta forma se ha obtenido información detallada de la base genética de las relaciones evolutivas de estas especies y su grado de coincidencia con el hombre, explica a Efe el jefe del grupo de Genómica de Primates del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC) y único español participante en el proyecto, Tomàs Marquès-Bonet.
Este estudio, que mañana publicará la revista "Nature", y en el que han participado una veintena de laboratorios de ocho países coordinados por Kay Pruefer y Svante Paabo, del instituto Max Planck de Leipzig (Alemania), tiene como objetivo buscar las bases genéticas que ayuden a explicar las diferencias de comportamiento entre bonobos y chimpancés.
Para la investigación se ha secuenciado el genoma de Ulundi, una hembra de bonobo del Zoo de Leipzig (Alemania).
La comparación de su genoma con el mapa genético de chimpancés y humanos refleja que ambas especies de simios difieren con el hombre aproximadamente en el 1,3 % de su genoma, mientras que bonobos y chimpancés están más estrechamente relacionados: en un 99,6 %.
Bonobos (Pan paniscus) y chimpancés (Pan troglodytes) se separaron como especies hace apenas un millón de años, mientras que el hombre (Homo sapiens) abandonó la rama común con los otros primates hace seis millones de años.
Marquès-Bonet señala que, a pesar de que los genomas del bonobo y del chimpancé son igualmente distantes del hombre, la secuencia del bonobo revela que en algunas partes específicas el genoma humano está más cercano al de los bonobos que al de los chimpancés, y en otras regiones ocurre lo contrario.
El estudio indica que hay partes del genoma humano más parecidas al del chimpancé o al del bonobo de lo que coinciden entre sí esas áreas en las dos especies de simios.
El bonobo es una especie -de la que sólo quedan unos miles de ejemplares en territorios de la República democrática del Congo- muy cercana evolutivamente al chimpancé, con un ancestro común del que sólo se separó hace entre uno y dos millones de años, pero cuyo comportamiento social ha evolucionado de forma dispar.
Mientras el chimpancé es muy agresivo y territorial -son habituales guerras entre "tribus"- el bonobo destaca por ser pacífico y por su gran actividad sexual: el sexo cumple una función de reducción del estrés en esta especie, que lo practica entre individuos de ambos géneros.
Los investigadores del estudio internacional han localizado unos "genes candidatos" que podrían explicar estas diferencias de comportamiento.
El bonobo, conocido también como chimpancé pigmeo, fue descubierto en 1928 en unas pequeñas poblaciones al sur del río Congo, cuyo enorme cauce fluvial podría ser la causa de la separación evolutiva de esta especie de los chimpancés, sin que luego se crearan mestizajes ni cruces posteriores.
Esto es bastante inusual entre los primates y contrasta con otras escisiones más complejas en las que dos especies coexisten durante más tiempo.
Con estos datos, los biólogos funcionales serán quienes habrán de retomar los trabajos en el laboratorio (con ratones transgénicos utilizados como organismos modelos) para observar si las mutaciones en esas regiones del genoma pueden estar ligadas a los rasgos de comportamiento social que difieren entre estas especies.
"El problema es que este tipo de estudios son muy caros y lentos. Obtener resultados del estudio de esas regiones en profundidad igual puede tardar diez años", subraya Marquès-Bonet.
Para el investigador barcelonés, el bonobo es un animal clave desde el punto de vista biológico porque no hay demasiados casos en la naturaleza en los que se puedan estudiar cambios evolutivos tan rápidos.
"Que esto haya pasado con la especie más cercana al hombre, para estudiar en vivo cómo la genética luego afecta al comportamiento es muy importante", remarca el científico.
El gorila es el tercer pariente más cercano del hombre, con el que comparte un 98,25 por ciento del ADN, seguido por el orangután, con el 97 %.
EFE
Comparte esta noticia