Político es acusado de comprar videojuegos con dinero destinado a su campaña

Duncan Hunter es un adulto que ha gastado alrededor de 1500 dólares en su cuenta de Steam. Nada particular, alguien con suerte que ha destinado una buena cantidad de dinero a lo que parece ser su pasatiempo: los videojuegos. Sin embargo, resulta anecdótico saber que aquella persona en realidad es un congresista estadounidense que malversó una parte del dinero donado para su campaña política del año 2015.

Los fiscales del estado de California han presentado una denuncia formal contra Duncan Hunter y su esposa, Margaret Hunter, por fraude, falsificación de información y malversación de hasta 250 mil dólares. Según el medio Ars Technica, la acusación presentada en la corte federal de San Diego, detalla que el dinero destinado a su campaña fue gastado en cuestiones personales.

Es desde el año 2016 en el que se viene investigando los movimientos económicos del congresista. De acuerdo con la información recolectada, desde octubre hasta diciembre del 2015 se realizaron 68 operaciones por 1528 dólares en el mercado de videojuegos Steam. Citando al portal Kotaku, el portavoz de Duncan Hunter declaró que las compras las habría realizado el hijo adolescente del político sin su permiso. Sin embargo, posteriormente Margaret Hunter declaró que las transacciones se habían realizado con la tarjeta de la campaña, cuando debían ser con las tarjetas personales de la pareja.

El resto del dinero fue utilizado para viajes de esquí, estancias en hoteles y vacaciones europeas. Hunter, un ex oficial de la Marina que sirvió en Irak y Afganistán, es miembro del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el Comité de Transporte e Infraestructura, y el Comité de Educación y Fuerza Laboral. Él representa un distrito que cubre partes del Condado de San Diego.

El matrimonio ha declarado que estas acusaciones son meramente políticas y que “se encuentran tranquilos ante la denuncia".

Esta acusación es irónica por antiguas declaraciones de Hunter en el año 2013. En un escrito mencionó que los videojuegos no deberían ser una escape a la realidad y que sus imágenes violentas influyen de manera corrosiva en las actitudes de los jóvenes.