Angelique Kerber había prometido que de triunfar en el Abierto de Australia se daría un 'chapuzón' en las gélidas aguas del río Yarra.
La tenista alemana Angelique Kerber derrotó a la estadounidense Serena Williams por la final del Abierto de Australia y se vio obligada a cumplir una promesa.
Resulta que Angelique había asegurado que de ganar el Grand Slam saltaría a las aguas heladas del río Yarra con el fin de darse un ‘chapuzón’.
Kerber llegó a las orillas del río portando una botella de champán para después sumergirse en compañía de los miembros de su equipo.
“El agua estaba muy fría, pero valió la pena”, dijo escuetamente la alemana, que con su reciente victoria ha trepado al segundo puesto en el ranking mundial de mujeres.
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