AFHS: Carlos Cabrera decide dejar para siempre a Francesca Maldini

Francesca no entiende la actitud de Carlos. “Francesca, lo sé todo, tú y yo no estamos casados. Al final te pusiste de acuerdo con tu familia. “¡Pensaste que jamás me iba enterar que contrataste a un actor para que nos casara!”, le dice. “Si fuiste capaz de enviarme a la cárcel pensando que me había robado un millón de soles y de dejar a tu familia en la miseria, qué me puede esperar a mí, un gigoló de quinta que se iba a quedar con todo tu dinero, ¿no?”, añade y Francesca no entiende lo que está pasando. “¡¿A dónde vas?!”, le pregunta alarmada al ver que sube las escaleras. “¡A hacer mis maletas! ¡Me voy de esta casa!”, le responde. “¿Por qué me hizo esto señora? Claro, me tenía como su juguete, cuando se cansara, me botaba y se buscaba otro. Eres igual o peor que tu familia. Tienes lo que te mereces”, le dice a una llorosa Francesca. Y se aleja. “¡No te vayas, qué va a ser de mí!”, le implora. “Francamente me importa un comino”, le responde Carlos y sale de la casa seguido por Francesca que lo llama a gritos. “Ni siquiera me dio el beneficio de la duda”, dice llorando mientras es consolada por Peter

Joel llama a Nicolás para que regrese a Las Lomas. Y cuando llega se encuentra con que Joel le muestra dos mototaxis más. Nicolás sospecha que su nona está detrás del tema y se lo hace saber a Joel quien termina por admitir que Francesca fue quien compró los vehículos. “Pero no fue pensando en ti porque ella no sabe que yo te contraté sino que lo hizo por mí para que sea más proactivo”, le dice convenciéndolo. “¿Y con quien voy a trabajar?”, pregunta Nicolás y Joel le presenta a dos muchachos con el cabello teñido de rubio. Luego les da instrucciones a los tres que serán sus trabajadores y una serie de reglas y ellos tienen que responder “Sí jefe”. Y luego les reparte tarjetas con los teléfonos de la flota pero en ella solo aparece el rostro de Nicolás.

Lucho zarandea a Anthony en plena sala de cine. “¡¿Sabes cómo acaban los acosadores como tú?! ¡Pensabas enamorar a mi hija y también a mi mujer!”, le dice. “¡No papá, fue una idea mía!”, grita Shirley. Mientras tanto, Charo le revela a Reyna que el enamoramiento de Anthony es falso y que todo fue un plan de Shirley. Reyna decide ir en busca de su hija.

Francesca va en busca de Viviana. “Contigo quiero hablar. ¿De dónde sacas esa absurda idea de que el juez que nos casó es un actor de comerciales?”, le pregunta muy dolida. “No entiendo cómo pudo hacer una cosa así a Carlos si él la adoraba. Contrata a un juez falso, se hace pasar por muerta y deja a su familia en la calle. Pobre mi amigo lo que debe estar sufriendo. Yo sé de estas cosas, soy una muy buena guionista.”, le responde.

Francesca regresa a su casa y de pronto se le ocurre ir a hablar con Lucifer. “Necesito ubicar urgentemente al juez de paz que me casó”, le dice al llegar a la constructora. “Te juro que no sabía que ese hombre era bamba. Cómo te voy a dar el teléfono de un actor”, dice Lucifer mientras busca la tarjeta del actor pero no la encuentra. “La verdad eso de hacerte pasar por muerta como que te quitó credibilidad”, le dice Lucifer pese a que le dice que sí le cree que no engañó a Carlos.

Las clientas de Nicolás se multiplican pero las de sus colegas están en cero. Todas quieren subirse al taxi churro seguro y desprecian a los compañeros de Nicolás.

Shirley le confiesa a su papá que todo lo que hizo fue para alejar a Anthony de Reyna. “Acabemos con esta absurda historia de una vez, no podemos seguir con esta mentira. Tú empezaste con este lío y tú lo tiene que terminar”, le dice. Reyna llega al cine y llama a gritos a Lucho, Shirley y Anthony, los ubica y arma un tremendo tole tole en el cine en medio de los espectadores.

Teresa entera a Charo de que Carlos se fue de la casa de Francesca. Ven a lo lejos a Monserrat y la empiezan a sonsacar lo ocurrido y para variar la monsefuana lo cuenta todo, muy a su estilo. “Cómo se le ocurre a la señora Francesca contratar a un juez falso para que la casara con el doctor churro”, comenta dejando asombradas a Charo y Teresa.

Los González comentan lo ocurrido a Francesca. “Pobre en tan poco tiempo se quedó sin familia y sin marido. Ahora solo le espera la soledad”, dice don Gilberto. “¿Qué pasa con my mother?”, pregunta Isabella.

Viviana le cuenta a Raúl que le dijo la verdad a Carlos. “Es mi amigo, tenía que decírselo, no podía contenerme. Es así en todas las películas, ¿no has visto Sunset Boulevard?”, le dice y Raúl no sabe de lo que le está hablando.

Francesca va a la clínica en busca de Carlos pero no lo encuentra. “A lo mejor está en su casa”, dice y trata de ir a buscarlo. Francesca toca desesperadamente la puerta de la casa de Carlos pero nadie responde. "Creo que debo hacerme a la idea de que perdí a Carlos para siempre", le dice a Peter que acompaña a su madam.

Lucho le dice a Reyna que si sigue tratando mal a Anthony lo que logrará es que cualquier día Shirley les diga que ha decidido irse a vivir con él. Reyna reflexiona y busca a su hija y le dice que consentirá que siga con Anthony. “A mí no me gusta pero está bien, sigue con él pero hay que dosificar las visitas y pobre de él que te haga llorar, tú sabes que yo por mis hijos mato”, le dice a su hija.

Raúl recibe la visita de unas personas entre los cuales hay un fiscal y un policía. Se va a ejecutar el embargo pero él no entiende lo que pasa.

Lucifer encuentra la tarjeta del actor que se hace pasar por juez y le cuenta todo lo que ha pasado a Francesca. "A mí me lo recomendó Raúl. Déjame las cosas a mí, yo veo cómo arreglo las cosas", le dice. "Francesca no puede enterarse de nada de esto", dice para sus adentros Miguel Ignacio.