AFHS: Joel busca dinero para pagarle el alquiler a Francesca Maldini

Fernanda le reclama a su nona por la lista de servicios que Joel debe pagar si desea vivir en la casa Maldini. “A ti no te estoy cobrando”, le dice Francesca. “Si le cobras a Joel me estás cobrando a mí”, le dice y sale del cuarto. Fernanda busca a Joel. “Creo que ha llegado el momento de tomar una decisión: Nos vamos de la casa Joel”, le dice. Él no quiere irse y le dice que en su casa ya no hay espacio. “Tú eres el hombre de la casa. Algo se te tiene que ocurrir”, le dice Fernanda.

Don Alejo sigue acercándose cada vez más a Reyna. Esta vez lo hace haciéndola reír al contarle chistes que hasta gesticula. Shirley se muestra preocupada porque ve todo el tiempo a su madre con el padre de Charo. “Tenemos un aliado en esta casa”, es el comentario de Reyna. Alejo se dirige a la bodega de Gilberto y le pide jabón, shampoo, dentífrico y desodorante. “¿No tienes un Old Spice?”, pregunta y luego le dice que olvidó el dinero en su cuarto y que después le pagará.

“Creo que don Alejo es como yo, es directo, no se anda con rodeos. Oye Finji, ¿no tienes miedo de que lo quite? Además le gusta mi sopa seca, o sea que le gusta más mi sazón que la tuya”, dice Reyna. “¡Por favor!”, responde Charo. “Creo que me voy a acercar más a don Alejo y le voy a decir Papi Alejo de cariño”, comenta Reyna. Llega Alejo y Reyna le dice que lo llamará Papi Alejo. “Llámame Alejo nomás”, le responde el padre de Charo. “Qué bien me siento fastidiando a la Finjidaza”, festeja Reyna.

Luciana y Manolo pasean. “Qué bien me cayó tu mamá”, dice la joven. “¿No te pareció sobre protectora? Todos dicen que yo sufro de mamitis pero la verdad es que ella sufre de hijitis”, le comenta Manolo. Luciana le pregunta acerca de cuándo fue que se interesó en el periodismo. “Es una larga historia”, empieza a contar Manolo hasta que llega a la parte en que perdió el empleo. “Estoy buscando trabajo o sea que si sabes de algo me pasas la voz”, le pide Manolo y Lucía le promete que hablará con su padre. “¿Y has encontrado al amor de tu vida?”, pregunta ella. Manolo le cuenta lo que le ocurrió con Rubí y lo mal que se siente porque ella no quiere nada con él.

Peter le lleva flores a Socorro pero ella las desprecia y le cierra la puerta. “Si sus flores favoritas no funcionaron… ¡Ah, ya se! Sé de algo que ella no resistirá”, dice Peter y se aleja.

Joel recurre a su abuelo para pedirle un préstamo pero se lo niega. Luego recurre a Pepe y Tito quienes también le dan la espalda. Entonces se le ocurre una idea: convertir a su mototaxi en remisse. Se pone traje y corbata y hasta lentes oscuros. El problema es que cobra S/.10. Y nadie quiere sus servicios así se ofrezca a cantar el tema que le pidan. Lo único que le queda es rebajar su tarifa a S/5.

Charo está intranquila por lo que ocurre entre Grace y Nicolás. “No puedo quedarme con los brazos cruzados mientras mi hija sufre. Tengo que hacer algo”, dice. Va en busca de Nicolás a la casa Maldini. “¿Podemos hablar?”, le pide. “No tenías que enviar a tu abogado. Sales con tu bebé y no tienes mejor idea que salir con tu… amante”, le dice. “¡Rubí no es mi amante! Ya hablé con Grace y creo que lo mejor será que nos divorciemos”, responde Nicolás. “Después de todo lo que han pasado, ¿no crees que tendrían que darse una oportunidad?”, le propone. “Puse toda la intención para sacar adelante el matrimonio pero no puedo ceder ante los chantajes emocionales de Grace. Ella se llevó a mi hija y no me la deja ver. Estoy sufriendo”, responde Nicolás. “¡Cuándo no, los hombres nunca tienen la culpa de nada!”, exclama Charo. Nicolás le dice que le envió a su abogado para solicitar un régimen de visitas que le permita estar con su hija donde él quiera y con la compañía que él también quiera. “Qué pena que las cosas terminarán así”, le dice Charo y se marcha.

Peter le lleva chocolates a Socorro y ella los rechaza. Luego se disfraza de chef francés y le lleva un platillo. Con acento francés le extiende el plato. “Ya te dije que estoy a dieta. Y no insistas porque lo nuestro ya fue”, le dice Socorro y se marcha. Pepe y Tito pasan por ahí y ven la comida y deciden consumirla. “Me dejan un poquito”, pide Peter.

Charo le cuenta a su hija que fue a hablar con Nicolás. “¿Por qué hiciste eso? ¿Para evitar que me envíe a su ejército de abogados? No le tengo miedo”, responde Grace. “Así se habla sobrina”, alienta Teresa. “Bueno, tú ya eres una persona mayor así sabrás tomar la mejor decisión”, le dice Charo y se va. “Ay tía, ¿qué voy a hacer?”, pregunta Grace. Teresa no se queda quieta y lleva a su sobrina a casa de Socorro. “Aquí le traje a mi sobrina para que le cuente todo lo que hizo esa Rubí”, le dice Teresa a la madre de Manolo. “Rubí es la mujer más traicionera del mundo. Ella sabe hacer muy las cosas y cuando ya todo está bien saca sus garras y te destruye”, les dice Manolo que está en la reunión. “¿Y ustedes creen que me quitará el amor de hija?”, pregunta Grace. “Es una serpiente, sí, lo hará”, le responde a la angustiada joven.

Peter va en busca de Socorro. “¿Con qué nueva tontería vienes?”, pregunta la madre de Manolo. “Ya me di cuenta que no quieres nada conmigo así que ya no nos veremos más. He decidido dar un paso al costado”, le dice Peter. “¿Qué, se acabó?”, pregunta Socorro. Peter le explica que se ha dado cuenta de que su historia de amor no tendrá final feliz por lo que se irá, no sabe dónde. “Adiós Socorro”, le dice y trata de irse. “Un momento Peter”, lo detiene Socorro.

Reyna está en la sala de la casa de los González esperando que llegue Lucho. “¡Tengo que ser fuerte! ¡Tengo que ser fuerte! Ay, la verdad es que no soy fuerte”, dice. Escucha que un ato se detiene en la puerta de la casa y ella se asoma a mirar por la ventana. Es Lucho que está en el auto de Morgana Centurión. Reyna no lo puede creer.

Grace va en busca de Rubí a su casa. “Tú y yo tenemos que hablar”, le dice a la sorprendida innombrable.