[ALERTA DE SPOILERS] 'Peacemaker', la nueva serie de DC Cómics y HBO Max, estrenó su quinto episodio, en el que Peacemaker y el resto del equipo al fin se confraternizan.
Confraternidad es la mejor palabra para resumir el quinto capítulo de “Peacemaker”, la última serie de HBO Max y DC Cómics. Los miembros del equipo de operaciones encubiertas liderado por Clemson Murn al fin llega a conectar entre sí, tras asestar un duro golpe a las mariposas.
El episodio inicia con Peacemaker preparándose un mejunje para la resaca del capítulo pasado. Sus ánimos no son los mejores, a pesar de que su águila Eagly trata de animarlo. En tanto, una alicaída Leota Adebayo intenta conciliarse con su esposa. Ambas escenas nos recuerdan el difícil momento individual de cada integrante del equipo.
Una vez reunidos en su base de operaciones, reciben una explicación formal sobre qué es una mariposa, por parte de Murn, quien, paradójicamente, resulta ser una, por lo visto en el anterior episodio. A lo que ya se sabía (que son seres alienígenas que se alojan en el cerebro de las personas, se añadió que están repartidos entre artistas, deportistas y políticos destacados.
A causa del ridículo Power Point preparado por John Economos, el equipo comienza a discutir, como de costumbre. Entonces, Peacemaker aprovecha para atacar a otro de los gigantes de DC Cómics (ya se había metido antes con Aquaman y Batman): Superman, de quien dice tiene un fetiche por las heces. La tensión de esta escena se centra sobre todo en Peacemaker y Economos, responsable de que el padre del primero, el Dragón Blanco, esté en prisión.
Durante la reunión, Murn explica que ha encontrado información que vincula a Annie Sturphausen con el senador Goff: la empresa Glan Tai estaría detrás de la fabricación del líquido viscoso que sirve a las mariposas de alimento. Deberán ir adonde está ubicada y averiguar la verdad.
Dragón delator
En paralelo, el Dragón Blanco delata a Peacemaker con la detective Sophie Song, al pedirle que compare sus huellas digitales con las encontradas en el auto de la escena del crimen de Annie Sturphausen. Tras descubrir que han sido intercambiadas, Song y su compañero Larry Fitzgibbon visitan a la disfuncional pareja que testificó en contra del Dragón Blanco y corroboraron el engaño.
Sin embargo, Murn entorpece la labor de Song, al cambiar al jefe de policía y boicotear la salida del Dragón Blanco. El nuevo jefe vuelve a cambiar las huellas e intimida a Song, quien no se queda tranquila y encuentra la forma de tramitar una orden de registro en contra de Peacemaker
Una misión exitosa y fraternal
Una vez en Glan Tai, el equipo forma duplas: Adebayo/Peacemaker y Harcourt/Vigilante; Ecónomos se queda el la camioneta monitoreando la situación. La primera dupla va por la puerta principal; a pesar de la diplomacia mostrada por Adebayo y sus advertencias para que guarde la compostura, Peacemaker reparte disparos por doquier, dejando una decena de cadáveres en su camino. Su nuevo casco tiene visión de rayos X y le permite saber que son mariposas.
Harcourt y Vigilante optan por la retaguardia. En el almacén, encuentran lo que buscaban: miles de cajas con pomos de alimento para mariposas y la planta donde las hacen. Pero son descubiertos y perseguidos por una decena de mariposas,, y como se sabe, estas tienen una fuerza sobrehumana. Ante el asedio, se encierran en un cuarto, y piden ayuda a Adebayo y Peacemaker.
Cuando llegan, Peacemaker hace volar a la docena de mariposas de la puerta con una granada atada a una bala de tanque, y suelta la frase que lo hico conocido en el tráiler: "Coman paz, hijos de...". Dentro del cuarto, se dan con que sus compañeros están siendo atacados por un gorila poseído por una mariposa y se arma un violento enfrentamiento. El gorila ha noqueado a los cuatro y cuando está por asestarle el golpe final a Peacemaker, una sierra eléctrica parte el pecho del animal por la mitad: es John Economos que ha ido al rescate.
Una corta confraternidad
El regreso es de alegría pura; todos, bañados de sangre, no dejan de cantar y bailar. Una mención aparte merece Harcourt: si en la ida impedía que escuchen música y se relajen un poco, de vuelta moverá cabeza al ritmo del glam metal y sonreirá como nunca en la serie. Incluso les tomará una foto, que más tarde compartirá por un grupo de WhatsApp, creado por ella misma.
Pero no todo será felicidad. De regreso, Peacemaker invitará a Adebayo a su casa a tomar algo y hablarán de lo bien que les fue y cómo se comportaron como un equipo. Esto emociona a Peacemaker, quien, para que su compañera no lo vea quebrarse, irá al baño. En ese momento, Adebayo aprovechará para cumplir un pedido de su madre Amanda Waller: dejar en secreto el diario personal que, aparentemente, Peacemaker llevó años atrás.
Una culpable Adebayo, al no tener los ánimos para volver a casa, volverá a la base de operaciones, donde solo está Murn. Allí, jugará con el casco que ha dejado Peacemaker y cuando se le ocurra activar los rayos X, descubrirá el secreto de Murn, quien la perseguirá y atacará, hasta dejarla en el piso. ¡Peace Out!
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