El control de los republicanos sobre Texas, Estados Unidos, se ve amenazado por el crecimiento de la población latina, aseguró el legislador Joaquín Castro.
El Partido Republicano quiere evitar que los latinos en Texas voten en las elecciones de noviembre en Estados Unidos para mantener su control político sobre el estado, denunció el legislador demócrata Joaquín Castro en una entrevista con EFE.
El gobernador texano Greg Abbott y el fiscal general Ken Paxto han intensificado en el último mes sus esfuerzos por combatir el "fraude electoral", haciendo eco de las teorías sin fundamento del expresidente Donald Trump de que miles de inmigrantes indocumentados intentarán votar en los próximos comicios, según advierte el legislador.
Una de las acciones más polémicas han sido una serie de redadas a mediados de agosto a los hogares de activistas y líderes políticos latinos relacionados con LULAC, el principal grupo en defensa de los derechos civiles de los hispanos.
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En contra del voto latino en Texas
Para Castro, uno de los demócratas texanos más influyentes a nivel nacional, el comportamiento de los líderes republicanos representa "cierto tipo de injerencia electoral". "Están intentando enviar una señal a las personas que quieren involucrarse en política de que es mejor si no molestan", dijo el congresista, quien ocupa desde 2013 un escaño en la Cámara Baja.
Los latinos son el grupo demográfico más grande de Texas en el estado, representan un 40,2% de la población, lo que los convierte en una codiciada fuerza política. Y es que, en las elecciones generales de noviembre, un 26% de los votantes latinos irá a las urnas por primera vez.
El control de los republicanos sobre el estado, que se ha prolongado más de dos décadas, se ve amenazado por el crecimiento de la población latina, aseguró Castro. "Si eres el partido político dominante (...) no quieres que voten personas nuevas, quieres que el perfil de tus votantes se mantenga", explicó.
Las denuncias y la preocupación de los republicanos de que en noviembre se fraguará un "masivo" fraude electoral con la ayuda de inmigrantes, indicó Castro, reflejan la vieja estrategia de usar a los recién llegados como un "chivo expiatorio".
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