La frontera sureña es un punto de conflicto migratorio y de atención muy grande dentro de Estados Unidos.
En un nuevo episodio de la crisis migratoria que se vive en la frontera entre Estados Unidos y México, varios migrantes han denunciado maltratos y agresiones por parte de las fuerzas de seguridad. Según testimonios recogidos por el medio Telemundo, los inmigrantes aseguran que al intentar cruzar la frontera en la zona de El Paso, Texas, fueron recibidos con balas de goma y gas pimienta, sin importar si en el grupo había mujeres embarazadas o niños.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) se ha desvinculado de estos actos, indicando que las acciones denunciadas corresponden a la Guardia Nacional de Texas y a la policía local de El Paso.
La frontera entre Estados Unidos y México ha sido durante años un foco de tensión y conflicto, con miles de personas intentando cruzar ilegalmente en busca de una mejor vida. Esta situación ha llevado al gobierno federal y a las administraciones estatales a implementar diversas medidas para controlar el flujo migratorio. Sin embargo, el enfoque adoptado por Texas, bajo la administración del gobernador Greg Abbott, ha sido especialmente estricto y ha generado polémica.
Nuevos picos de inmigración
En las últimas semanas, se ha intensificado la presencia de inmigrantes en la frontera de El Paso, quienes denuncian un trato violento por parte de las fuerzas de seguridad. Las peronas afirman que son atacadas con gas pimienta y balas de goma cuando se acercan a la frontera, y que estas acciones se llevan a cabo sin ninguna consideración, incluso disparando hacia el lado mexicano de la frontera.
El uso de la fuerza contra inmigrantes, incluyendo a grupos vulnerables como mujeres y niños, ha sido documentado en varios videos y testimonios. En uno de los casos más recientes, un grupo fue rociado con gas pimienta por la Guardia Nacional de Texas al intentar cortar el alambre de púas que separa los dos países.
Las imágenes muestran claramente a mujeres y niños afectados por el gas, generando una fuerte crítica hacia las tácticas utilizadas por las fuerzas de seguridad texanas.
A pesar de las denuncias y la evidencia presentada, la respuesta oficial ha sido limitada. CBP ha insistido en que estos incidentes son responsabilidad de las autoridades locales y estatales de Texas, mientras que la Guardia Nacional de Texas y la policía de El Paso no han respondido a las solicitudes de comentarios.
La situación en la frontera sigue siendo tensa y la comunidad internacional observa con preocupación cómo se manejan estos eventos. Los inmigrantes continúan buscando una oportunidad para cruzar, a pesar de los riesgos y los abusos que denuncian enfrentar. El debate sobre las políticas migratorias en Estados Unidos se intensifica, mientras los testimonios de maltrato y agresividad en la frontera siguen saliendo a la luz, mostrando la complejidad y la urgencia de encontrar soluciones humanas y efectivas para esta crisis migratoria.
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