Autoestima: ¿Cómo ayudar a los hijos adolescentes a mejorarla?

Una baja autoestima puede ser el detonante para que los adolescentes no se desarrollen plenamente en sus vidas. Ricarte Cortez, coconductor del programa Siempre en Casa, explicó las limitaciones que puede traerles a los jóvenes una pobre imagen de sí mismos.

“Hay chicos a los que se les hace difícil identificar los aspectos valiosos de sí mismos. Eso hace que no puedan explotar todo lo positivo que tienen”, explicó Ricarte. “Por ejemplo, ellos dan muchas excusas de sus fracasos académicos, tales como distracciones o influencias de amigos. Pero, fundamentalmente se trata de que ellos creían que no podían, por lo cual ni siquiera intentaron triunfar”.

El doctor Cortez especificó que estas creencias destructivas provienen de mensajes verbales que los padres han expresado todo el tiempo a los hijos durante su infancia. “Durante la niñez las personas aceptan los calificativos que le asignan sin ninguna censura. ‘Eres bruto, no sabes, eres malo para las matemáticas”.

“La sensación de no tener capacidades hace que uno dude. Si se me ponen retos, dudo. La baja autoestima no necesariamente se traduce en una actitud insegura, sino en una actitud apática, displicente”, acotó Cortez.

Al llegar a la pubertad, los hijos atraviesan por un período de revisión de su historia personal, tanto de sus capacidades, como de su historia y sus recursos. Es ahí donde empiezan a creer que realmente son lo que su entorno le ha dicho que son. “No es solo en el plano intelectual, también es en el plano social, la capacidad para hacer amigos, para amar y ser amado”.

El terapeuta especificó que tampoco es beneficioso exagerar con los adjetivos positivos que se les asignan a los hijos. “Decirle: ‘Tú eres el número uno, el mejor, no hay nadie mejor que tú’ crea una imagen distorsionada de la persona. Cuando el niño se da cuenta de la realidad se frustra y molesta con los padres. Ellos se preguntan por qué les mintieron, cargan con esa duda y piensan que tienen que ser los primeros tal y como sus padres les dijeron que eran, lo cual les genera tensión constante y hasta depresión”.

En este sentido, el terapeuta familiar y sistémico recomendó a los padres ayudar a sus hijos a apreciarse acompañándolos en su autodescubrimiento. “Es importante que los hijos se conozcan plenamente, identifiquen segmentos de ellos, cómo son, qué los motiva, qué piensan, cómo se sienten. Sólo conociéndose se pueden amar”.

Para ello, los padres pueden conversar con sus hijos temas más relevantes que los usuales. “No quedarnos solo en preguntar qué pasó y qué comiste, sino preguntar ¿Estás de acuerdo conmigo? ¿Qué piensas? ¿Cómo te sientes? Hablar sobre emociones y pensamientos que permiten que se conozcan”, finalizó.