El estudio demuestra que la exposición controlada al maní entre los cuatro y los 11 meses de vida se traduce en una reducción de más del 80 % del riesgo de alergia a los cinco años, en niños con perfil de alto riesgo por ya presentar eccema o alergia a la proteína del huevo.
Un estudio realizado en el Reino Unido indica que el consumo controlado de maní dentro de los primeros 11 meses de vida reduce en un 80 % el riesgo de desarrollar alergia a ese fruto en niños con alto riesgo de tenerla.
La investigación, elaborada por científicos del King's College London y divulgada este martes, invita a revisar las actuales guías de salud, que aconsejan evitar el consumo de maní para prevenir el estallido de las alergias.
Este nuevo enfoque demuestra que la exposición controlada al maní entre los cuatro y los 11 meses de vida se traduce en una reducción de más del 80 % del riesgo de alergia a los cinco años, en niños con perfil de alto riesgo por ya presentar eccema o alergia a la proteína del huevo.
Los científicos, liderados por Gideon Lack, director del departamento de alergia pediátrica en King's College London, apuntan que esta premisa -frenar el desarrollo de alergias con la exposición controlada al producto- podría aplicarse a otras además de la del maní, aunque se necesitarían nuevos estudios.
Los expertos señalan en su artículo que las alergias a los alimentos han aumentado de forma destacada en la última década, tanto en el Reino Unido y los Estados Unidos como en países de África y Asia.
Actualmente, la alergia al maní afecta a uno de cada 50 niños en edad escolar en el Reino Unido y a entre un 1 y un 3% de los niños de Europa occidental, EEUU y Australia.
Este tipo de alergia surge a una edad temprana y no suele desaparecer con los años, además de que no existe cura, lo que complica la vida a los sufridores y a los padres.
Para realizar su estudio, los expertos hicieron un seguimiento a 640 niños de 4 a 11 meses de vida del hospital infantil Evelina de Londres, que se consideraban con riesgo de desarrollar alergia al maní por padecer eccema o sufrir ya alergia al huevo.
La mitad de esos niños consumieron alimentos que contenían maní tres veces a la semana -nunca el maní entero, pues no se recomienda a menores de cinco años por riesgo de ahogo-, mientras que la otra mitad debía evitar el maní hasta los cinco años.
Menos de un 1% de los niños que consumieron maní desarrollaron alergia a los cinco años, frente a un 17,3 % de los infantes que estaban en el grupo en el que se evitó el contacto con ese fruto, lo que equivale a una reducción del riesgo de más del 80 % con la exposición a ese alimento.
Salvo por 13 niños del primer grupo que no pudieron comer maní por mostrar ya una reacción alérgica fuerte, la mayoría de los participantes en el estudio "toleró bien" y de manera segura la introducción temprana de productos con maní.
Lack subrayó que este nuevo estudio "es un paso importante" que "contraviene las consignas actuales" y que invita a introducir nuevas recomendaciones para los padres.
El experto advirtió no obstante de que los padres de niños con riesgo de desarrollar alergia no deben experimentar por su cuenta sino que deben buscar el asesoramiento de especialistas.
Lack también apuntó que habría que hacer estudios específicos con niños que ya de muy bebés muestran fuertes reacciones alérgicas al maní, pues estos fueron excluidos del estudio.
Los autores de la investigación planean mantener el control de los participantes para ver si la protección a la alergia continúa en años posteriores e incluso si se mantiene cuando se dejan de consumir alimentos con cacahuete durante un año.
EFE
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