La hepatitis C se puede curar con antivirales. Actualmente no se cuenta con una vacuna preventiva; sin embargo, las investigaciones con tal fin siguen adelante.
La hepatitis es una enfermedad inflamatoria del hígado que puede llegar a ser mortal si no se descubre a tiempo. Así lo indicó a RPP Noticias el doctor Jorge Ferrandiz, jefe de la Unidad de Hígado del Hospital Almenara de Essalud.
Según el galeno, se conocen cinco tipos principales de virus de la hepatitis, designados como A, B, C, D y E. Sin embargo, los tres primeros son los que mayor preocupación generan debido a la gran morbilidad y mortalidad que causan y a la posibilidad de que generen epidemias y se diseminen de esta manera.
“En particular, el tipo C ocasionan una afección crónica en cientos de millones de personas y en conjunto son la causa más común de cirrosis hepática y cáncer del hígado”, dijo el médico.
La hepatitis C es una enfermedad contagiosa causada por la infección con el virus del mismo nombre. El cuadro clínico puede ir desde un padecimiento leve que dura unas cuantas semanas hasta una afección grave de toda la vida.
El virus de la hepatitis C se propaga por lo común cuando la sangre de una persona infectada ingresa en el organismo de una persona susceptible. Es uno de los virus más comunes que infectan el hígado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), calcula que cada año se infectan con este virus entre 3 millones y 4 millones de personas en el mundo. Hay unos 150 millones de personas que sufren la infección crónica y están en riesgo de sufrir cirrosis hepática o cáncer del hígado.
Se estima que cada año mueren más de 350 000 personas por causa de enfermedades hepáticas vinculadas con la hepatitis C.
La hepatitis C se puede curar con antivirales. Actualmente no se cuenta con una vacuna preventiva; sin embargo, las investigaciones con tal fin siguen adelante.
Prevención
Prevención primaria
El riesgo de la infección se puede reducir evitando:
- Las inyecciones innecesarias y aplicadas en condiciones que no son seguras.
- Los productos sanguíneos que no sean seguros.
- El consumo de drogas ilícitas inyectables y el intercambio de material de inyección.
- Las relaciones sexuales sin protección con personas infectadas por el virus de la hepatitis C.
- El intercambio de objetos personales punzocortantes que puedan estar contaminados por sangre infectada.
- El tatuaje, las perforaciones ornamentales (piercing) y la acupuntura realizados con material contaminado.
Prevención secundaria y terciaria
La OMS recomienda que las personas infectadas por el virus de la hepatitis C deben:
- Recibir educación y orientación acerca de las opciones asistenciales y terapéuticas
- Vacunarse contra las hepatitis A y B para prevenir la coinfección por estos virus y proteger así el hígado.
- Buscar rápidamente atención médica apropiada, que puede consistir en la administración de antivíricos.
- Someterse periódicamente a pruebas que permitan diagnosticar las enfermedades hepáticas en etapa temprana.
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