Expertos sostienen que esta situación es preocupante si se tiene en cuenta que el consumo mundial de azúcar se ha triplicado en los últimos 50 años.
Científicos de la universidad de California en Estados Unidos recomiendan que el consumo de azúcar debería ser controlado, al igual que sucede con el alcohol y tabaco, a fin de proteger la salud pública, informó la revista Nature.
"Los azúcares añadidos son los que están detrás de la epidemia mundial de la obesidad y las enfermedades asociadas" afirmó el neuroendocrino Robert Lustig.
Asimismo, señaló que el alto consumo de azúcares añadidos, en especial de fructosa, presentes sobre todo en alimentos precocidos, refrescos y golosinas, no solo engordan, sino que también modifica el metabolismo, aumenta la presión arterial, altera las señales hormonales y daña directamente al hígado.
“El azúcar es tóxico más allá de las calorías que contiene” afirma Lustig, considerado el “enemigo número 1” del azúcar. El investigador reclama que, por la amenaza que supone para la salud y la adicción que genera, reciba por parte de los gobiernos idéntico trato que el alcohol.
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