Durante la pandemia un equipo de chefs puso sus habilidades culinarias al servicio de quienes más lo necesitaban. Ahora, se preparan para un nuevo desafío social gracias a la experiencia ganada en la ‘Casa de Todos’.
Al declararse la emergencia sanitaria nacional, el chef peruano Diego Muñoz y su colega Francisco Barrientos no quisieron quedarse de brazos cruzados e inmediatamente buscaron un proyecto en el cual pudieran poner su experiencia culinaria al servicio de los más necesitados. Hicieron un llamado por redes sociales y lograron reunir a un grupo de cuarenta cocineros con la finalidad de alimentar a los albergados de la ‘Casa de Todos’, refugio instalado en la plaza de toros de Acho por iniciativa de la Municipalidad de Lima y la Beneficencia de Lima.
El equipo de expertos cocineros, que pertenecía a los restaurantes más prestigiosos del país, empezó a trabajar en conjunto, sin jerarquías y con el mismo horizonte: “de todos y para todos”. Sin embargo, pronto se les presentó el primer reto logístico: encontrar un lugar donde pudieran cocinar para la gran cantidad de comensales. Así, Diego Muñoz pensó en la Casa Moreyra –donde funciona el restaurante ‘Astrid & Gastón’– y cuando se lo planteó a Gastón Acurio, el reconocido chef no dudó en prestar aquella cocina grande y muy bien equipada.
Luego de sumar esfuerzos culinarios, encontraron más solidaridad en otro grupo de personas dispuestas a trabajar en la logística que faltaba; canalizar las donaciones y transportar los alimentos de la Casa Moreyra hasta la plaza taurina.
La labor iba desde las 5:00 a.m. hasta las 11:30 p.m. para lograr despachar tres comidas a tiempo (desayuno, almuerzo y cena), por lo que se conformaron equipos de 14 cocineros para atender la gran demanda durante la semana. “Todos éramos iguales, enfocados en la misma dirección. Estuvimos de acuerdo en mantener las identidades anónimas. Nuestro fin era solo ayudar por ayudar”, contó Diego Muñoz a la Agencia Andina.
En el momento más fuerte del trabajo no solo alimentaban a los albergados y al equipo de voluntarios que los atendían en la ‘Casa de Todos’, sino también a los comensales que la Beneficencia de Lima dejó de atender en dos comedores populares durante la cuarentena. De manera que, gracias a esta iniciativa colectiva, los beneficiados recibían un menú balanceado y adecuado para sostenerlos en periodos tan difíciles.
Una nueva etapa para el proyecto
Hasta mediados de julio, los chefs continuaron trabajando para beneficiar a quienes se encuentran en la ‘Casa de Todos’. Al mismo tiempo, la Beneficencia de Lima reactivó sus dos comedores populares y comenzó a darle impulso, junto con la comuna capitalina, al proyecto de la ‘Casa de Todos Palomino’, un nuevo refugio ubicado en el Cercado de Lima. Por ello, la entidad limeña y los chefs han lanzado la campaña “Un sol por la esperanza” con el objetivo de reunir un millón de dólares para terminar la construcción del nuevo albergue, que ya se encuentra avanzado al 50 %. Esta nueva instalación permitirá rescatar de las calles a 120 indigentes y ofrecerles un programa de reinserción social.
La experiencia ganada durante su trabajo en favor de los albergados en Acho es inmensa y por esta razón, el equipo liderado por Diego Muñoz y Francisco Barrientos ha sido invitado a unirse al nuevo desafío social. Esta vez, se trabaja en una arquitectura pensada no solo en los residentes que tendrá la ‘Casa de Todos Palomino’, sino también en futuras contingencias que requieran alimentar a quienes provengan de otros comedores populares que administra la Beneficencia de Lima.
Por otro lado, este nuevo proyecto ofrecerá un hogar y comida a quienes más lo necesiten, además de un programa integral organizado por la Beneficencia de Lima para que estas personas “vuelvan a brillar”, reinsertarse a la sociedad y no regresar a la condición de calle. En este sentido, el chef Diego Muñoz asegura que cuando vean a alguna persona con cualidades para la cocina, gustosamente lo ayudarán a emplearse.
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