La eficiencia financiera solo apunta a mejorar la salud de tu inversión, dependerá de ti lograr que tu negocio sea muy, o muy poco, eficiente. Descubre aquí cómo puedes mejorar la eficiencia de tu negocio.
En el mundo de las finanzas, algunos conceptos pueden ayudarnos a saber si nuestro negocio goza de buena salud, si ha marchado bien en los últimos años o si es momento de hacer cambios para mejorar las ganancias. La eficiencia es uno de esos términos.
El diccionario de la Real Academia Española nos indica que la eficiencia es la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto deseado. En términos financieros, según la descripción de conceptos de ESAN, una empresa es eficiente si maximiza sus ganancias y minimiza sus costos, es decir, si saca el máximo provecho a sus recursos.
El economista Jorge García Hoyos, explica que las grandes inversiones requieren siempre de una evaluación financiera del proyecto. “Para financiar un proyecto se tiene que medir la eficiencia del capital social aportado. La eficiencia es el principal criterio económico”.
¿Y cómo puedes mejorar la eficiencia de tu negocio?
Los expertos recomiendan primero hacer un estudio que te permita mapear el funcionamiento de tu empresa. Pon atención a los costos, evalúa los tiempos, e intenta simplificar y estandarizar los procesos.
Por ejemplo, una juguería de barrio puede ser más eficiente si calcula, pesa y preserva la cantidad exacta de fruta que usará en cada vaso a servir. De esa forma, se puede estandarizar el proceso de preparación de jugo sacando el máximo provecho al insumo y evitando pérdidas. Algo que sería difícil de conseguir si preparamos los jugos con raciones “al ojo”.
Este ejemplo de eficiencia se puede aplicar a cualquier negocio. Lo importante es confirmar que estemos recibiendo el retorno deseado para nuestra inversión. Si la respuesta es positiva y la rentabilidad de tu negocio es alta, nunca está demás buscar nuevas oportunidades para hacer crecer nuestro capital. Diversificar nuestra inversión también suma a la eficiencia.
Si, por el contrario, el negocio no marcha bien, hay que pensar dónde y cómo reducimos costos. Diseña un plan financiero, designa a un responsable para implementarlo y pon un plazo. La idea en este caso es minimizar tus pérdidas y rescatar el capital.
Como ves, la eficiencia financiera solo apunta a mejorar la salud de tu inversión. Dependerá de ti lograr que tu negocio sea muy, o muy poco, eficiente.
Comparte esta noticia