La pandemia y la crisis económica afectan a miles de familias peruanas, pero dentro de ellas, también existen iniciativas que buscan salir adelante y beneficiar a sus comunidades.
Hace más tres años, la vida de los peruanos cambió radicalmente con la declaratoria de emergencia sanitaria por la Covid-19. El sistema de salud pública colapsó, la informalidad alcanzó niveles históricos y miles de familias peruanas incrementaron su nivel de pobreza.
Sin embargo, esta situación también motivó a las comunidades a desarrollar dinámicas de resiliencia, autoorganizándose para hacerle frente a la crisis. La docente de Economía de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Yaliza Cáceres, lo reportó en una investigación académica.
“Ante un accionar frágil y débil del Estado, diversas comunidades rurales y urbanas de la costa, sierra y selva del país se organizaron colectivamente para resistir, protegerse del contagio y asegurarse de contar con los recursos alimentarios y financieros para sobrevivir”, postula.
Estas iniciativas no son nuevas y se vienen dando en nuestro país desde hace varios años. Aquí te compartimos tres proyectos que demuestran que la organización comunitaria permite el crecimiento de las ciudades de forma sostenible.
1. Ollas que desarrollan
Las ollas comunes representan el principal sustento de alimentación de más de 250 mil peruanos, según cifras del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). En un contexto donde enfrentamos crisis alimentaria y económica, miles de lideresas y miembros de las ollas comunes se organizan para garantizar un plato de comida a los ciudadanos más vulnerables.
Con esta lógica apareció Ollas que Desarrollan, una iniciativa de Alicorp y la ONG Juguete Pendiente, que acompaña con donación de alimentos, equipamiento y talleres de gestión a comunidades vulnerables en regiones como Lima, Piura, La Libertad, Lambayeque, Cajamarca, Cusco, entre otras. Así, han beneficiado a más de 17 mil personas en el 2022 con más de 1 millón de raciones de alimentos y más de 590 lideresas capacitadas.
2. Creciendo en comunidad
En Cajamarca, se han implementado 2209 emprendimientos rurales asociativos, que permiten que la población aprenda a generar su propio empleo y desarrollen oportunidades de trabajo para las demás personas de su comunidad.
Esto se ha realizado a través del proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai, cuyos nombres en quechua y shipibo-konibo, respectivamente, significan "Vamos a Crecer". La iniciativa, del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes) y el Midis, busca crear una nueva generación de familias emprendedoras para contribuir a la reactivación económica a nivel local y regional.
Los emprendimientos abarcan sectores como el agropecuario, agroindustrial, artesanal y de servicios con el fin de atender las necesidades de los mercados locales y regionales.
3. Innovación desde las comunidades para enfrentar la crisis del agua en Cusco
La crisis del agua en el Perú y el mundo se ha hecho más evidente en los últimos años, pero con la llegada del Fenómeno El Niño, el sur enfrentará déficit de lluvias y una sequía que pone a más de 1 millón de personas en riesgo muy alto en Cusco, según reportes del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo (Cenepred).
Bajo este panorama, las comunidades campesinas de los distritos de Paccaritambo y Pitumarca desarrollan soluciones innovadoras para conservar el agua y los ecosistemas. Basándose en conocimientos ancestrales y tecnologías modernas, se han organizado para desarrollar sistemas tradicionales de siembra y cosecha de agua.
Con el agua que se acumulan en los reservorios se puede irrigar por más tiempos los campos y asegurar la producción de alimentos. Esta iniciativa ya ha dado frutos en el 2019, donde consiguieron incrementar hasta en un 30% la producción de hortalizas, garantizando la seguridad alimentaria de sus comunidades.
Así como estas iniciativas, existen muchas más que han ayudado a muchas comunidades a salir adelante y sobrevivir a diversas crisis. Por ello es importante que estas cuenten con el apoyo del sector privado y público para que se puedan volver sostenibles en el tiempo.
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