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[Informe] Economía Circular: Cuando lo que pensamos que son desechos pueden tener un segundo uso

En nuestro país muchos peruanos son parte de los principios de la “economía circular” sin saberlo, al reparar lo que se les malogra antes de comprar un artefacto nuevo o al empezar a reciclar. Sin embargo, aún tenemos un largo camino por recorrer. En este informe conocerás algunas iniciativas que contribuyen a cuidar nuestro planeta y cómo aplicarlas en nuestro día a día.Por: Arantxa Contreras

Cada día, los peruanos producimos más de 21 toneladas de residuos sólidos. Es decir que, a diario, cada habitante de nuestro país genera un promedio de 800 gramos de basura, alertó Edgar Romero, director general de Residuos Sólidos del Ministerio del Ambiente (Minam) en RPP. ¿Qué sucede con estos desechos? El Minam señala que casi el 40% es arrojado a los ríos, lagos, lagunas o botaderos, espacios ilegales donde los desechos no tienen ningún tipo de tratamiento ni manejo.

Aunque los rellenos sanitarios son los lugares aprobados para depositar nuestros desechos, en el Perú tenemos un déficit de estos espacios. De acuerdo con el funcionario del Minam, a nivel nacional contamos con apenas 65 de estos vertederos oficiales cuando se estima que necesitamos alrededor de 190. Mientras que en departamentos como Arequipa y Tacna no se cuenta con rellenos sanitarios, en otras provincias estos están saturados y sin mantenimiento.

¿Cómo responder ante este grave problema que compromete la salud pública y nuestro medio ambiente? Especialistas, exfuncionarios públicos, empresarios y emprendedores con propuestas sostenibles coinciden en la necesidad de dejar de lado el concepto de basura para darle a nuestros residuos la oportunidad de comenzar otro ciclo de vida, bajo el principio que plantea la economía circular.

De la linealidad a la circularidad

Producción, consumo y desecho, ese es el modelo actual de economía lineal por el cual nos regimos en la actualidad. Se trata de un proceso que se encuentra interiorizado y es practicado en todo el mundo; pero está perjudicando a nuestro planeta, debido a que se usan más recursos de los necesarios y se desaprovechan otros que podrían haber sido reutilizados antes de terminar en algún botadero.

“Tenemos que evitar las emisiones de CO2. Por eso es que tenemos la necesidad del tratamiento de los residuos, que son grandes creadores de CO2 en los botaderos y rellenos sanitarios.”, explica Federico Solari, fundador de la empresa CIE Tecnología Ambiental.

La economía circular, sostienen expertos, es una opción de hacer actividades sostenibles que contribuyen a la mejora de la calidad de vida.
La economía circular, sostienen expertos, es una opción de hacer actividades sostenibles que contribuyen a la mejora de la calidad de vida. | Fuente: Andina

Según especialistas, en la economía lineal, los productos tienen únicamente un ciclo de vida. En cambio, con la economía circular o circularidad se busca la sostenibilidad a largo plazo y descarta el consumo a corto plazo al innovar maneras en la que los productos tengan más de un ciclo de vida. En este modelo prima el aprovechamiento de recursos y se resalta la reducción, reutilización y el reciclaje de los elementos. De esta forma, los residuos se convierten en recursos.

Con un déficit de más de 120 rellenos sanitarios, Edgar Romero, del Minam, sostiene que la prioridad del sector ahora es la valorización de los residuos tanto orgánicos como inorgánicos dentro del principio de economía circular que vienen promoviendo. 

Volviendo a lo básico: las 3R’s

Aunque el término de economía circular puede sonar novedoso, sus principios se basan en prácticas que ya hemos escuchado o emprendido desde décadas atrás. Por ejemplo, mediante el denominado método de las 3R’s (reducir, reutilizar y reciclar) tenemos una ilustración de acciones cotidianas y de fácil reproducción en el hogar que nos aproximan al modelo de economía circular. 

Las 3R’s son la base de la economía circular. Se trata del reuso, el reciclaje y la recuperación de las materias primas para poder convertirlas en segundas o terceras materias primas y poder seguir este sistema de economía circular, donde la materia no se bota ni se desecha. Tenemos que cambiar el chip y pensar en que un producto lo puedo usar más veces y no termine en el relleno sanitario o en el botadero”, indica Solari.

La prioridad del sector ambiente ahora es la valorización de los residuos tanto orgánicos como inorgánicos dentro del principio de economía circular.
La prioridad del sector ambiente ahora es la valorización de los residuos tanto orgánicos como inorgánicos dentro del principio de economía circular. | Fuente: Andina

Como ejemplo, el especialista en tratamiento de residuos sólidos recuerda la compra de cereales: “Tenemos que regresar al pasado, porque antes íbamos al mercado y comprábamos los productos a granel en contenedores. Ahora todo viene confeccionado, entonces tenemos que regresar también a ese tipo de razonamientos”, asegura.

Además, así como reducir, reutilizar y reciclar, también se ha impulsado la práctica de reparar. El consumo rápido del modelo actual ha desincentivado esta acción, que abarca desde acudir a un técnico para que repare artefactos como electrodomésticos y aparatos tecnológicos, hasta coser ropa en buen estado que ha sufrido alguna fisura o la restauración de muebles que puede alargar su ciclo de vida.

¿Por qué movernos hacia la circularidad?

La economía circular ofrece soluciones desde el punto de vista social, económico y ambiental. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), este modelo revoluciona desde la gestión de materiales, el diseño de productos, y los modelos de negocio hasta frenar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad e incluso fomenta una recuperación económica sostenible y justa.

Según datos que proporciona la Cepal, la economía circular puede ayudar a reducir el 45% de emisiones totales de gases efecto invernadero, las cuales se generan por la forma en que fabricamos y usamos los productos y la manera en que producimos alimentos. Además, agrega que mediante la circularidad se puede reducir el uso de materias primas hasta en un 99%, con lo cual se logra contribuir a la protección de la biodiversidad.

Asimismo, desde el punto de vista económico, la economía circular podría generar 4,8 millones de empleos en 2030 en la región, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Cepal. Añaden que, si la gestión de los residuos y el reciclaje de América Latina y el Caribe se desarrollara para que fuera un sector, podría contribuir a la reactivación económica verde: se crearían casi 450.000 empleos en reciclaje y el PBI de la región aumentaría un 0,35%.

“La economía circular contribuye a una mejora en las condiciones de la calidad de vida de la población; por ejemplo, en lo que es alimentación. Con la economía circular, se busca reducir y/o eliminar el uso de agroquímicos y pesticidas con componentes tóxicos y nocivos, y se lo reemplaza por una agricultura más ecológica”, señala Mariano Castro, consultor en regulación ambiental y exviceministro de Ambiente.

Mariano Castro, exviceministro de Gestión Ambiental. | Fuente: RPP

“La economía circular es una forma de hacer negocio, no es solamente una opción de carácter de política ambiental. Es una opción de hacer actividades sostenibles que contribuyen a la mejora de la calidad de vida, a la generación de ingresos, generación de empleo y que además contribuye a la lucha contra el cambio climático. Es una herramienta en eje de acción, no es la única, pero contribuye también a reducir los gases de efecto invernadero (GEI)”, agrega Castro.

Sinba: por un mundo sin basura

Hasta noviembre del 2021, un total de 1607 áreas fueron degradadas por residuos sólidos municipales a nivel nacional, informó el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). En nuestro país, apenas el 1% de los residuos municipales se recuperan, pese a que se estima que aproximadamente el 70% de estos son potencialmente reaprovechables, informa el Minam.

Dentro de esta problemática se enmarca la empresa socioambiental Sinba. “Sinba nace de una inquietud compartida por mi socia Andrea Rivera. Ella vivía cerca de un supermercado y veía cómo la comida al final del día se iba. Nos reunimos con nuestro otro socio, Chacho Wu, y allí empezamos una búsqueda para desarrollar una solución de gestión de residuos para ese restaurante”, explica Pipo Reiser, cofundador y director de Alianzas de Sinba.

 

Pipo Reiser, cofundador y director de Alianzas de Sinba | Fuente: RPP

Han ido extendiendo su labor también a organizaciones y hogares. “Trabajamos con todos los que quieran gestionar sus residuos de una forma mucho más sostenible. En el Perú, tenemos muchísimas hectáreas de terrenos ocupados para enterrar los residuos, lo cual es una pésima solución, considerando la tecnología que el país tiene”, lamenta Reiser.

Han logrado reducir la basura que va al relleno sanitario en un 80% en las zonas donde operan. Pero, ¿cómo funciona el ciclo Sinba? Reiser explica que, a través de un proceso biotecnológico, convierten los residuos en alimentos para animales o en abono orgánico. “Hacemos un reciclaje de los nutrientes a través de agricultores que luego utilizan ese alimento o abono para producir nuevos alimentos que vuelven a la ciudadanía”, detalla el director de Alianzas de Sinba.

En el caso de los residuos inorgánicos, Reiser explica que trabajan en colaboración con los recicladores para acondicionar estos materiales y que, de esta forma, vuelvan a industrias. Enfatiza que se trata de un concepto circular, ya que no se bota nada, sino que todo se transforma y se reaprovecha. Para él, Sinba sigue el proceso de regeneración propio del medio ambiente.

El “ciclo Sinba” reaprovecha residuos orgánicos como los restos de alimentos y cáscaras a través de un proceso biotecnológico al convertirlos en alimentos para animales y abono.
El “ciclo Sinba” reaprovecha residuos orgánicos como los restos de alimentos y cáscaras a través de un proceso biotecnológico al convertirlos en alimentos para animales y abono. | Fuente: Archivo Sinba

Se estima que el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que causan el cambio climático de Lima, vienen de la composición de residuos en botaderos y rellenos sanitarios. Entonces, cambiar esta realidad solo trae beneficios positivos, es imitar cómo funciona la naturaleza y diseñar nuestros sistemas de vida acorde a cómo funciona”, puntualiza Reiser.

Ecoladrillos: reciclando material no reciclable

Durante el último quinquenio un alto porcentaje de hogares estuvo dispuesto a segregar los residuos sólidos que generó, según informa la Defensoría del Pueblo; sin embargo, solo en el 5% de los hogares urbanos un miembro de la familia fue capacitado en la gestión y manejo de materiales.

Bajo la meta de crear conciencia colectiva y eliminar el concepto de basura, en el 2019 nace Ecoladrillos Perú gestionando proyectos sostenibles de construcción y dando charlas y talleres a organizaciones sobre la importancia de transitar nuestro estilo de vida hacia la circularidad y el zero waste’ o ‘residuos cero’.

“Nosotras vimos la necesidad de buscar o proponer una alternativa para capturar aquellos residuos inorgánicos que, ya sea por demanda o por tecnología, no se puede reciclar aquí en el país y terminan en las calles, en los vertederos, en los ríos y en el océano contaminando”, explica Chara Alcedo, administradora de empresas con experiencia en procesos y proyectos y una de las líderes de Ecoladrillos Perú.

Chara Alcedo, líder de Ecoladrillos Perú. | Fuente: RPP

Un ecoladrillo es una botella PET limpia y seca donde uno va incorporando aquellos residuos no reciclables como envolturas de golosinas, blíster de pastillas, papeles de POS de compras, y se introducen y compactan en una botella. “El objetivo es que la botella tenga la dureza de un ladrillo, porque el ecoladrillo funciona como un material de relleno dentro de una construcción”, explica Alcedo.

Agrega que los ecoladrillos son utilizados para fabricar muebles modulares y construir estructuras para parques y centros comunitarios como bancas, jardineras, muros. También se puede construir paredes para estructuras mayores como casas, manejando las técnicas constructivas correctas.

Ecoladrillos ha trabajado proyectos de construcción en colegios, viviendas, empresas y espacios públicos: “Nosotros hemos hecho intervenciones en Manchay, en un colegio al cual diseñamos y construimos un patio sostenible; era un colegio que no tenía jardinera ni bancas”, cuenta Alcedo.

Los ecoladrillos reducen la producción de basura, reducen la contaminación medioambiental y sirven como material de relleno en construcciones.
Los ecoladrillos reducen la producción de basura, reducen la contaminación medioambiental y sirven como material de relleno en construcciones. | Fuente: Archivo Ecoladrillos

Actualmente están viendo cómo apoyar a las ollas comunes con infraestructura hechas con ecoladrillos y, a la par, están trabajando en proyectos para educar y construir en colegios. "Es por eso que estamos lanzando próximamente una colección de NFT, cuyos fondos nos van a ayudar en estos proyectos: ollas comunes y educación en colegios”, añade Alcedo sobre el futuro de Ecoladrillos.

 

Transformando el modelo de negocio

Según el Centro de Innovación y Economía Circular (CIEC), una de cuatro personas ha iniciado un negocio sobre circularidad en el Perú. Sin embargo, la tasa de supervivencia, al ser tan baja, sigue siendo un factor que afecta al ecosistema de emprendimientos. La falta de apoyo financiero, sumado a programas públicos débiles a favor de la circularidad, les impiden crecer como deberían.

El gran problema de muchas de las empresas es que están un poco secuestradas por esta economía lineal. Pensemos en un gran mayorista: ¿cómo circularizar no solo tus actividades directas de retail, sino también toda la mercancía que te llega y todo el residuo que se genera tanto dentro de tus instalaciones como en todas las viviendas en las que vendes producto?”, cuestiona Ian Vázquez Rowe, docente del departamento de Ingeniería de la PUCP.

“Gestionar eso es extremadamente difícil. Si la economía circular fuese una línea de cero a 100, estamos en uno o en dos. Hay cosas importantes que se están haciendo, pero todavía el camino es muy grande. Necesitamos un marco legislativo más amplio y más concreto. Sé que hay varios ministerios que tienen sus hojas de ruta, pero siguen siendo, a grandes rasgos, saludos a la bandera”, agrega Vázquez Rowe.

Ian Vázquez Rowe, docente investigador del departamento de Ingeniería de la PUCP. | Fuente: RPP

Para Federico Solari, cuya empresa brinda consultoría en proyectos ambientales orientados a la economía circular, también se requiere de la voluntad individual de cada empresario para movilizarse hacia un razonamiento de circularidad. Entiende que, sin un cambio de paradigma en la sociedad, y pese a las normativas que puedan imponerse, no se llevará a cabo una verdadera transición. 

“Al inicio, el empresario puede ver la economía circular como un fastidio, como un costo, pero si el empresario es creativo, ese problema se puede convertir en una oportunidad de nuevos negocios. Entonces, ese es el chip que tenemos que cambiar dentro de nosotros mismos”, explica Solari.

Tomando como ejemplo los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), Mariano Castro cuenta la experiencia de un grupo de mujeres formadas en Senati para ensamblar computadoras y equipos electrónicos, quienes formaron una pequeña empresa que separa partes de RAEE y vende estos materiales a empresas que producen equipos electrónicos. Lo que antes se desechaba con riesgos graves de contaminación, se convirtió en una actividad que genera ingresos y empleo con enfoque de género.

Incentivo hacia la innovación, desarrollo e investigación

De acuerdo con un informe elaborado por el Centro de Innovación y Economía Circular (CIEC), Konrad-Adenauer-Stiftung e.V. (KAS) y el Programa Regional Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina (EKLA), diseñar e implementar políticas públicas para la innovación e investigación con foco en el desarrollo de la economía circular es una de las medidas más urgentes que deben priorizarse en la región.

Existe un estancamiento general de la inversión en ciencia y tecnología que no supera en promedio el 0,66% respecto del producto bruto interno (PBI).
Existe un estancamiento general de la inversión en ciencia y tecnología que no supera en promedio el 0,66% respecto del producto bruto interno (PBI). | Fuente: Andina

Advierten que existe un estancamiento general de la inversión en ciencia y tecnología que no supera en promedio el 0,66% respecto del producto bruto interno (PBI) en la región. La circularidad requiere de innovación tecnológica de vanguardia para permitir la generación de procesos más eficientes basados en inteligencia artificial o el uso de energías limpias, sostienen.

“Necesitamos poner el conocimiento a disposición de este reto. Lo que me esperaría en los próximos cinco a diez años es que cada vez se generen sistemas más sofisticados que permitan reprocesar productos que han perdido valor y que vuelvan a la escena. Hay un reto tecnológico y de conocimiento, pero también hay un reto económico: tenemos que hacer que las cosas sean viables. Las empresas no van a migrar a sistemas de circularidad si eso les implica un pasivo económico muy alto”, recalca Ian Vázquez.

Considera que también debe apuntarse hacia la comodidad y utilidad: invertir en tecnología e innovación para; uno, generar estos procesos y; dos, hacerlos viables. "A los humanos nos gusta que el mundo migre hacia una mayor comodidad constante, entonces también es importante que los procesos de circularidad que se generen no impliquen un esfuerzo masivo por parte del ciudadano. Hay que buscar estrategias que, de alguna manera, sean fáciles de implementar”, agrega.

En el 2020, el Gobierno aprobó la “Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el Sector Industria”.
En el 2020, el Gobierno aprobó la “Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el Sector Industria”. | Fuente: Archivo Ministerio del Ambiente.

Desde las aulas y en las industrias

Para Federico Solari, promover la circularidad en la educación regular básica y superior es también fundamental en la innovación científica: “Que la economía circular esté dentro de las escuelas y universidades es importantísimo para formar nuevos ingenieros, nuevos profesionales con un concepto distinto de desarrollo, de diseño y de implementación de líneas industriales y de tratamiento de producción”, señala.

Siguiendo el precepto de fomentar desde las aulas, Vázquez Rowe saluda el trabajo del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec): “La economía circular se ha incluido dentro de las prioridades de investigación de Concytec. Esto quiere decir que los investigadores que hacen ciencia e innovación dentro del Perú van a empezar a priorizar actividades de circularidad. Y eso es bueno porque empezaremos a generar conocimiento propio que nos permitirá avanzar en esas vías”, destaca.

La industria no debe quedarse atrás. En el 2020, el Gobierno aprobó la “Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el Sector Industria”, iniciativa que fue elaborada en conjunto por el Ministerio de la Producción (Produce) y el Minam. Esta contiene las acciones que desarrollará el Estado para impulsar y promover la transición de un modelo económico lineal a uno circular en el sector manufacturero y en el procesamiento industrial pesquero.

La normativa establece metas a corto (1 año), mediano (3 años) y largo plazo (5 años) y contempla los enfoques de producción industrial sostenible; consumo sostenible; aprovechamiento de material de descarte, gestión de residuos industriales, e innovación y financiamiento, los cuales deberían brindar las condiciones para que las empresas migren progresivamente al modelo circular.

Para Mariano Castro, esta iniciativa es determinante para emprender en conjunto un cambio de modelo de negocio: “Los esfuerzos que están realizando empresas y consumidores requieren de condiciones en materia política, normativa e institucional, de tal manera de que no sientan que son esfuerzos de carácter aislado. De ahí la importancia de las denominadas hojas de ruta, que establecen dichas condiciones e identifican las barreras que están dificultando el tránsito”, indica.

¿Sabías que existe una Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), así como la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos?
¿Sabías que existe una Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), así como la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos? | Fuente: Archivo Ministerio del Ambiente.

Las políticas ambientales y de productividad son la base de esta hoja de ruta: “El desarrollo sostenible y de competitividad son los referentes que se han venido construyendo en la industria manufacturera, en pesca, agricultura, apicultura y forestal. Creo que también hay enormes oportunidades en el sector comunicaciones, en el sector turismo, entre otros. Casi ningún sector está ausente dentro de esta tarea”, agrega.

Sobre este punto, Ian Vázquez considera que se requiere un marco normativo más amplio y concreto para que, desde la industria, exista un real compromiso: “Necesitamos fortalecer toda la cadena. Desde lo legislativo hasta pasando por las mypes que se encargan del reciclaje”, propone.

Rol del consumidor y productor

Además del papel del Estado en la elaboración, seguimiento y regulación de la hoja de ruta también existe una Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), así como la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos, la cual establece las obligaciones de la sociedad para asegurar un manejo económico, sanitario y ambientalmente adecuado de los residuos sólidos.

La REP se aplica a todos los productores e importadores de bienes, quienes se hacen responsables de los artículos que ponen en el mercado durante todo el ciclo de vida, lo que incluye la fase de post consumo; es decir, cuando se convierten en residuos. Además, deben establecer estrategias y acciones para recoger los residuos al colocar puntos de acopio o realizar campañas de recolección.

Ahora bien, estas acciones implican gastos adicionales. Por ejemplo, según información que recoge la Cepal, una caja de hamburguesas hecha de caña de azúcar es casi dos veces más cara que una de plástico, y un tenedor desechable biodegradable hecho de fécula cuesta 3,5 veces más que uno de plástico blanco básico. Los costos ambientales serían cinco veces mayores para la industria de los refrescos si se usaran envases de vidrio, estaño o aluminio, por lo que estos costos se trasladarían a los consumidores.

Ian Vazquez, docente e investigador del departamento de Ingeniería de la PUCP. | Fuente: RPP

Ante este desafío, Castro sugiere que el consumidor tiene el poder de imponer las opciones circulares: “El costo de la gestión de los residuos es un costo significativo que tiene que ser asumido por todos. Los importadores y comercializadores tienen que generar un plan de acción para que aquello que van introduciendo al mercado ingrese a un proceso de economía circular, en donde también intervienen los consumidores. El consumidor está marcando tendencias y condiciones, donde está excluyendo y expulsando del mercado a aquellos productos o servicios que no son sostenibles”, resalta.

Aunque al día de hoy la economía circular en nuestro país presenta grandes retos intersectoriales, Solari se muestra optimista en hallar soluciones que lideren este cambio de paradigma: “Es una oportunidad para que todos los peruanos se sumen a la creación de un nuevo concepto industrial. Porque se están creando nuevos procesos que darán oportunidad a mucha gente para trabajar. Yo creo que es muy importante que impulsemos la revolución industrial para que se cumpla este proceso lo antes posible”, concluye.

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