La sonda OSIRIS-REx lanzará las muestras recolectadas directamente del asteroide Bennu y los científicos de la NASA tienen la vital tarea de recuperarlas para un estudio histórico.
La NASA se está preparando ya para un delivery muy particular. Esta entrega llega desde muy lejos, aproximadamente desde 7,48 millones de kilómetros de la Tierra, y se tratan de las muestras del asteroide Bennu recolectadas por la misión OSIRIS-REx.
El próximo 24 de septiembre, la nave arrojará desde la órbita una pequeña cápsula que deberá sobrevivir a la atmósfera para aterrizar en Estados Unidos. Y la NASA está ultimando detalles de cómo será este proceso de recuperación.
El rescate de las muestras
La agencia espacial ya se está preparando en el campo de pruebas y entrenamiento de Utah del Departamento de Defensa (DOJ) del país, a unos 130 kilómetros al suroeste de Salt Lake City.
OSIRIS-REx dejará caer esta cápsula en un lugar aleatorio de 58 por 14 kilómetros.
En su último intento, el equipo practicó la recolección de muestras de suelo, la preparación de la cápsula para el transporte e incluso el vuelo del helicóptero al lugar donde se llevará la cápsula. Se espera que estos restos sean llevados al Centro Espacial Johnson de la NASA, donde comenzará a analizarse su preciada carga.
“Ahí es donde se abrirá el recipiente de la ciencia. Se abrirá en una sala limpia especializada y dentro de una guantera”, dijo a IFLScience Sandy Freund, gerente de operaciones de la misión OSIRIS-REx para Lockheed Martin. “La primera vez que se expondrá la muestra será en Houston”.
Pero ¿por qué es importante? Primero que la misión de recolección fue histórica, con la sonda “bombardeando” el suelo del asteroide para alzar las rocas y guardarlas en sus repositorios en octubre de 2020.
Bennu era clave porque los científicos consideran que su composición ha cambiado muy poco desde que originó, en los primeros años de nuestro Sistema Solar. Al tener acceso a su material, se podrá conocer cómo eran los astros y planetas durante su nacimiento. Además, se cree que tiene ingredientes para la vida en ella.
Por fortuna, la recolección de muestras fue exitosa, tanto que incluso se arrojó material en el espacio: se esperaban recolectar 60 gramos, pero se estima que se obtuvo entre 400 y 800 gramos para el análisis.
OSIRIS-REx tiene un nuevo objetivo
Una vez que la nave arroje su material, irá por un nuevo objetivo: Apophis.
Esta roca de 340 metros de ancho es una de las que mayores temores causa entre los astrónomos, quienes consideraban incluso que había un riesgo de impacto con nuestro planeta para 2029.
Sin embargo, el astro que fue descubierto en 2004, pasará a 30 mil kilómetros, una décima parte de la distancia a la Luna, sin que tenga que generar un peligro para la Tierra. Eso sí, regiones desde Europa y África podrán apreciar su recorrido en los cielos.
OSIRIS-REx pasará a llamarse OSIRIS-APEX cuando suelte las muestras y vaya en camino a su nueva meta. La nave espacial orbitará lentamente alrededor del Sol durante unos años antes de encontrarse con Apophis el 21 de abril de 2029, solo una semana después de que el asteroide pase cerca de la Tierra, y lo estudiará durante 18 meses.
La sonda se reunirá con Apophis y entrará en órbita alrededor del asteroide. No recuperará una muestra como lo hizo con Bennu, pero se acercará mucho, casi tocándola, luego disparará propulsores para levantar el material de la superficie y revelar lo que hay debajo. También medirá cuánto se alteró la órbita del asteroide por la gravedad de la Tierra para determinar qué tan cerca podría volver a estar de nosotros en el futuro.
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