Cientos de personas se despiden en Roma de Bud Spencer, "el gigante bueno" e ícono del cine europeo.
Cientos de personas rindieron hoy homenaje al actor italiano Carlo Pedersoli, más conocido como Bud Spencer, fallecido el lunes, al desfilar ante su capilla ardiente, ubicada en la sede del ayuntamiento de la capital, Roma.
El féretro fue dispuesto en la "Sala de la Protomoteca" del consistorio capitolino, que fue abierta media hora antes, a las 9.30 locales para ampliar el horario del homenaje, mientras que tiene previsto cerrar sus puertas a las 7 p.m.
La alcaldesa Virginia Raggi destacó la figura de Spencer, "el gigante bueno que nos hizo sonreír y crecer, una persona extraordinaria" a quien "el cine y esta ciudad da las gracias".
El ataúd estaba cubierto por una gasa blanca, rodeado por orquídeas blancas y azules y a sus pies fue colocado un marco con imágenes del actor en vida.
En la sala se encontraba su hijo Giuseppe y sus hijas Cristiana y Diamante, que agradecieron el afecto recibido por los seguidores que hoy guardaron fila para dar su último adiós a una de las figuras más queridas del cine italiano.
Su funeral tendrá lugar mañana en la Iglesia de los Artistas de la céntrica Plaza del Popolo de la capital italiana.
Nacido en Nápoles el 31 de octubre de 1929, destacó como actor en los llamados "Spaghetti western", las versiones de ese género rodadas en muchas ocasiones en el sureste de España y, especialmente, en su versión cómica junto con Mario Girotti, el verdadero nombre de Terence Hill.
Debido a su físico imponente comenzó a trabajar en algunas películas como "Quo Vadis?" (1951), si bien su primer papel importante fue el del agresivo Nando de la película de Mario Monicelli 'Un eroe dei nostri tempi' (1955).
Su regreso a la pantalla grande fue con el título de Giuseppe Colizzi "Dio perdona... ma io no" (1967), que marcó el tipo de personaje que después interpretaría Spencer, el del gigante bueno, al que es mejor que no hacerle enfadar.
Pero es su encuentro con Terence Hill el que le catapultó a la fama dando lugar a un auténtico genero cinematográfico con películas como "I quattro dell'Ave Maria" (1968), "La collina degli stivali" (1969), "Lo chiamavano Trinità" (1970), "...continuavano a chiamarlo Trinità" (1971). EFE
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