El INEI acaba de publicar la medición de la pobreza en el Perú. De acuerdo con esta fuente, el año 2021, la pobreza monetaria (PM) afectó al 25.9% de los ciudadanos del país, una reducción de 4,2 puntos respecto año 2020. Recordemos que la PM considera al gasto como indicador de bienestar, vale decir una persona pobre es aquella cuyo ingreso mensual es igual o menor a S/ 378, equivalente al costo de canasta básica de consumo de alimentos y no alimentos.
Sin embargo, desde mi punto de vista lo más resaltante del análisis del INEI tiene que ver con la vulnerabilidad monetaria (VM). Es decir, aquella población que no se considera pobre, pero que ante cualquier cambio en sus condiciones económicas, caería en la pobreza. Esta categoría de análisis comprende al 34,6% de nuestros connacionales. Para el INEI, los ciudadanos en vulnerabilidad monetaria tienen ingresos permanentes “insuficientes” y no tienen capacidad de ahorro. Tampoco están en condiciones de enfrentar riesgos individuales como una enfermedad o la pérdida de empleo, en otras palabras es una situación de extrema fragilidad. Entre pobres y vulnerables monetarios tenemos al 60.5% de la población.
¿Cómo miden la pobreza otros países? En Argentina, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), utiliza desde el año 1984 la metodología de necesidades básicas insatisfechas (NBI) en cinco factores fundamentales, i) Hacinamiento: hogares con más de tres personas por cuarto de uso exclusivo en la vivienda; ii) Vivienda: hogares que habitan una vivienda de tipo inconveniente (pieza de inquilinato, pieza de hotel o pensión, casilla, local no construido para habitación o vivienda móvil); Condiciones sanitarias: hogares que habitan viviendas que no tienen retrete; iv) Asistencia escolar: hogares que tienen al menos un niño en edad escolar (6 a 12 años) que no asiste a la escuela; v): Capacidad de subsistencia: hogares que tienen cuatro o más personas por miembro ocupado, cuyo jefe no hubiese completado el tercer grado de escolaridad primaria. Los hogares son considerados pobres si cuentan con al menos una NBI. En Argentina la tasa de pobreza es 37,3 %.
Otro caso a destacar es México. En el citado país, El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), estipula en concordancia del Artículo 36 de la Ley General de Desarrollo Social del año 2004, que la pobreza se mide tomando en consideración, al menos los siguientes indicadores: a) Ingreso corriente per cápita; b) Rezago educativo promedio en el hogar; c) Acceso a los servicios de salud; d) Acceso a la seguridad social; e) Calidad y espacios de la vivienda; f) Acceso a los servicios básicos en la vivienda; g) Acceso a la alimentación; h) Grado de cohesión social; e i) Grado de accesibilidad a carretera pavimentada. En México la tasa de pobreza es 44% de la población.
En Colombia, la Dirección Nacional de Estadística, dependencia directa de la Presidencia de la República, publica en Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Dicho Índice se elabora en base a la información producida por la Encuesta Nacional de Calidad de Vida. El IPM contempla cinco indicadores: i) condiciones educativas; ii) condiciones de la niñez y juventud, iii) trabajo; iv) salud; y v) condiciones de la vivienda y servicios públicos. En Colombia el IPM es de 18.1%.
A manera de conclusión, considero que la medición de la pobreza en nuestro país es unidimensional, dejando fuera muchos aspectos clave de un fenómeno complejo. Por otra parte, la categoría de vulnerabilidad monetaria sería el equivalente a pobre utilizando el estándar de varios países de América Latina. En otras palabras, ya no sería descabellado pensar que la tasa de pobreza real abarca al 60% de la población peruana, especialmente a la luz de la extrema precariedad evidenciada por la pandemia.
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