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El golpe fallido y la lucha de narrativas

Desde el fracasado golpe de estado del expresidente Pedro Castillo, ha surgido una serie de narrativas en torno a cuáles fueron los eventos de dicha semana y cómo se explican los eventos posteriores.

Escrito por Santiago Bedoya

En política, es frecuente que la interpretación de los hechos resulte tan o más importante que los hechos mismos. Esto se aplica en forma clara a lo que actualmente está ocurriendo en el país, pues tanto su alcance inmediato como sus consecuencias electorales dependen de las narrativas que vayan predominando en la interpretación de los hechos.

Desde el fracasado golpe de estado del expresidente Pedro Castillo, ha surgido una serie de narrativas en torno a cuáles fueron los eventos de dicha semana y cómo se explican los eventos posteriores. Esta lucha de narrativas será vital a futuro, ya que definirá la construcción de la memoria histórica del golpe fallido y de las reacciones sociales que lo siguieron, y moldeará la comprensión de los procesos que la sociedad peruana vive en los últimos tiempos.

La lucha interpretativa se ha desencadenado desde la descripción misma de los aspectos “fundamentales” (los hechos mismos del día 7 de diciembre), como la declaración del golpe de Castillo, la reacción de las Fuerzas Armada, y la respuesta del Congreso, votando su vacancia.

En un primer momento, las acciones necesitan ser caracterizadas en forma clara como una secuencia para evitar que los hechos sean desvirtuados: (1) la ruptura explícita de la legalidad y del orden constitucional por parte de Pedro Castillo, realizado por televisión de señal abierta, (2) la subsecuente negativa de las Fuerzas Armadas en involucrarse en la aventura anticonstitucional y autoritaria, (3) la sesión del Congreso y la aprobación de la vacancia del golpista por 101 votos (un acuerdo que incluía varios congresistas de su coalición de gobierno) y apenas 6 en contra, (4) la prisión inmediata de Castillo mientras intentaba fugarse a México y (5) el reconocimiento de Dina Boluarte como la nueva presidente de Perú por el Congreso, como está normado en la constitución.

Con el pasar de los días, las discusiones han dejado que el intento de golpe se vaya desvaneciendo y la legitimidad de la destitución de Castillo pase a ser relativizada por muchos voceros. Sin tener en mente el intento de golpe de estado de Castillo su vacancia deja de ser un acto de defensa del orden constitucional y comienza a ser interpretada -por algunos sectores- como una acción de desconocimiento de los resultados de las elecciones, por no aceptar un gobierno liderado por una persona de origen campesino. Inclusive se habla que Castillo habría estado manipulado/coaccionado para dar el golpe de Estado, recientemente desmentido por el vídeo de los últimos minutos previos antes del Mensaje final.

En algunas investigaciones previas, hemos encontrado que cerca de un tercio de la población se encontraba muy poco informada o conectada con el acontecer político. Ese segmento es más susceptible a los mensajes que tienen mayor duración en los medios. La rapidez con la que se dieron los hechos el 7 de diciembre, puede haber dejado a estas personas sólo con las interpretaciones posteriores, por no haberse enterado bien del fallido golpe de estado .

En la llamada prensa alternativa, que alimenta a diferentes colectivos sociales, la interpretación es mucho más hostil a la democracia que en los medios tradicionales. Las denuncias de entrega de dinero a Castillo hechas por Marrufo el día anterior al intento de autogolpe, y la misma acción abiertamente antidemocrática de Castillo son invisibilizadas (“no hubo golpe fallido, sino un decir”). Los hechos son así sustituidos por las supuestas buenas intenciones de Castillo (El golpe era para beneficiar a los campesinos). En esos medios, profundamente ideologizados, la vacancia es mostrada no como una reacción a un golpe de estado, sino como desconocimiento a los resultados electorales del 2021 o una manera de evitar las “acciones positivas a favor del pueblo” que Pedro Castillo habría estado preparando. Los emisores de la prensa alternativa fueron aliados del gobierno de Castillo y altamente beneficiados por él. Esta prensa tiene una presencia importante en Facebook (la red social más usada en el Perú para informarse de política), a través de varias decenas de emisores, y despliega hoy una labor intensa de construcción de narrativas, plagadas de fake news.

Una encuesta reciente de IPSOS evidencia que el 69% de la población rural no tiene claridad sobre el intento de golpe estado de Castillo y cree que él fue víctima de un golpe de estado dado por el congreso para poner a Dina Boluarte en su lugar. Esto es el resultado de un proceso que se inicia el día mismo del golpe, y que gradualmente va generando sus resultados.

En la encuesta de IPSOS del 18 de diciembre, acerca del intento de golpe de estado de Castillo, solo 33% estaba de acuerdo con su intento autoritario y 63% estaba en contra. Esto era así a nivel nacional, pero en el sur el 52% sí apoyaba la medida autoritaria. No es una coincidencia que las protestas se hayan concentrado en el sur.

Ya a mediados de enero, una encuesta del IEP, antes de los eventos de Juliaca, indicaba que el 50% de los peruanos se identificaba con las protestas. Es decir, aun estando en contra del golpe de estado, una parte de la población consideraba que habían motivos para protestar y se sentía solidaria con quienes salían a las calles.

Con el pasar de las semanas, el gobierno de Castillo ha ido pasando al olvido y la población se fue enfocando en los eventos posteriores: las marchas y las acciones de contención de las fuerzas del orden, discusiones sobre las perspectivas políticas del país.

Dos meses después del frustrado intento de golpe de estado de Castillo, a mediados de febrero, los eventos posteriores al golpe de estado predominaban en los medios y en las mentes de las personas. Las fatalidades, principalmente en Juliaca, y las perspectivas políticas del país (adelanto de elecciones, cambio constitucional, etc.) ya ocupan mucho más espacio mental que el evento del día 7 de diciembre. Las mismas marchas que se iniciaron claramente como una reacción a la vacancia de Castillo, el 10 de febrero, según Datum, ya son vistas más como una acción para cambiar el Perú (29%) y por mayor presencia del estado (25%) que para imponer una opción política o ideológica (17%) o apoyar a Castillo (15%).

Esta evolución es en gran medida un resultado de la dinámica cortoplacista de los medios y de los agentes políticos, pero no se debería desconocer o minimizar el rol jugado por la “prensa alternativa”, especialmente en Facebook y las radios locales, que se expandió durante la breve presidencia de Castillo. Este aparato mediático ha sido clave para el desarrollo de narrativas antidemocráticas y de ataque al modelo económico que ha posibilitado el crecimiento económico y la reducción de la desigualdad. Esos medios digitales buscan responsabilizar al sistema político y a los partidos políticos (salvo los de izquierda) de todos los problemas del país.

La fase aguda de los conflictos está llegando a su fin. Los bloqueos de carreteras, que llegaron a 145 el 19 de enero, son ahora (a inicios de marzo) alrededor de 20. Los bloqueos de vías provinciales han bajado de 56 a menos de una decena, y de las provincias 11 en paro, ahora no hay ninguna. La encuesta de IPSOS que mostramos en la gráfica evidencia además la focalización de la movilización social en el Sur, que es donde ciertas percepciones y creencias acerca del desenlace de Castillo estaban más alejadas a las del resto del Perú. Hay 42% de la población del Sur que afirma haber participado en alguna de las manifestaciones en contra de Dina Boluarte (aunque no deja claro cómo). Salta a la vista la diferencia de más de 35 puntos porcentuales con cualquier otra zona del país.

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Sin embargo, desde el punto de vista político, lo más importante es la lucha por la interpretación. Serán las narrativas predominantes las que impactarán en el proceso electoral que se avecina. Hay que tener claro que dicho proceso será la disputa política en donde se definirán las condiciones institucionales del Perú por un largo tiempo. El respeto a la libertad de los ciudadanos, la realización de las aspiraciones de progreso de la mayoría de la población, las posibilidades de éxito de los emprendedores, etc. van a depender de qué actores políticos y qué ideas vayan ganando espacio de legitimidad en esa disputa interpretativa. La lucha de narrativas será una de las facetas más importantes de los sucesos de los próximos meses.

NOTA: “Ni el Grupo RPP, ni sus directores, accionistas, representantes legales, gerentes y/o empleados serán responsables bajo ninguna circunstancia por las declaraciones, comentarios u opiniones vertidas en la presente columna, siendo el único responsable el autor de la misma.
Centro Wiñaq

Centro Wiñaq Investigación & Consultoría

El Centro Wiñaq es una consultora de análisis estratégico y centro de investigación. Buscamos el desarrollo social y económico del Perú, con un enfoque de sostenibilidad, a través del análisis político basado en evidencias, así como del diseño de soluciones duraderas a conflictos sociales y políticos.

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