Debido a la importancia de las aves guaneras para la economía nacional durante el siglo pasado, el Estado peruano tomó diversas medidas para reducir la perturbación de su hábitat. Así, por varias décadas se ha excluido la pesca industrial hasta una determinada distancia, así como los vuelos alrededor de las islas y ciertas restricciones en torno a las actividades pesqueras artesanales (por ejemplo, se puede pescar alrededor de islas, pero no ocuparlas).
La Reserva Nacional de Paracas (RNP) creada en 1975 expresa bien la importancia de la conservación de ecosistemas biodiversos y frágiles como son los marino – costero peruanos. La península y su entorno adyacente, que incluye islas cercanas, son importantes como hábitat de lobos y diversas aves, contiene importantes yacimientos paleontológicos y una gran abundancia de vida marina.
Esta zona ha soportado a lo largo de décadas la expansión industrial pesquera y su carga contaminante en mar y aire, la pesca indiscriminada, el gran crecimiento turístico (casi se ha duplicado en poco más de una década) y la expansión hotelera, el boom de la concha de abanico en 1985 y 1998, el crecimiento del Puerto San Martín, la instalación de Camisea y otras actividades industriales aledañas.
Teniendo en cuenta estas dinámicas socioeconómicas, otra sería la situación de Paracas si no hubiera sido declarada Reserva Nacional. Además de la labor de los encargados de su conservación, su importancia ecosistémica como una muestra única del patrimonio natural del país, ha permitido mayor interés por los medios y la opinión ciudadana con relación a su condición y las amenazas que ha enfrentado.
Por ello, es importante ampliar las capacidades gubernamentales para el cumplimiento de la legislación y su mandato, respecto a la biodiversidad, el ambiente y su conservación. En el ámbito marino de las ANP, tres importantes actividades están involucradas: turismo, pesca y acuicultura, así como aspectos relacionados a la navegabilidad, competencia de la Dirección de Capitanías (DICAPI).
Un desafío es la baja performance de las instituciones públicas para la acción intergubernamental (Ambiente, Producción, Defensa, DIREPROs), por lo que se hace imprescindible tener una apreciación integral que compagine las funciones y competencias de cada institución sobre la base de la importancia de la conservación en estas áreas marinas.
Además de Paracas tenemos la RN San Fernando, también en Ica y el Sistema de Islas Islotes y Puntas Guaneras, entre Moquegua y Piura. Se han anunciado además nuevas reservas marinas, en la zona del Mar Pacífico Tropical y en una zona oceánica de nuestro dominio marítimo.
Esto permitirá reforzar el combate contra las actividades ilícitas en el ámbito marino relacionadas a las actividades pesqueras que se realizan al interior de las ANP y que afectan sus características o atributos.
Entre los principales se identifican los siguientes: Aparejos y métodos de pesca prohibidos, capturas por debajo de la talla mínima, residuos en mar y playa en este caso por parte de los visitantes, pescadores y operadores turísticos.
Asimismo, es prioritario que SERNANP participe en la identificación de zonas apropiadas para la acuicultura, a través de concesiones especiales otorgados por PRODUCE y tenga opinión sobre los instrumentos de gestión ambiental a aplicarse.
Con DICAPI corresponde validar y reconocer procedimientos de conservación (distancia, ruido, interacción física) a los usuales de seguridad a bordo y contaminación marina que deban seguir las embarcaciones que se aproximen a zonas de exclusión.
Segú la evidencia internacional, las Áreas Marinas Protegidas alientan el turismo, por lo que la regulación e impactos de esta actividad tenderán a ser relevantes para la conservación de ambientes y recursos. Tanto en áreas con protección, como en algunas zonas que no lo son, la actividad con mayor crecimiento en los últimos años ha sido el turismo: a Paracas, algunas islas cercanas a Lima, el norte tropical peruano.
Es así como Paracas es hoy la tercera Área Natural Protegida (ANP) más visitada en el país con más de 400 mil turistas al año, cuyo potencial económico ha sido estimado por Oceana en casi 700 millones de soles en los próximos años.
La creación de las ANP es rentable a nivel económico, pero también debe ir acompañado de una estrategia de gestión sostenible, que incluya capacitación y educación ambiental a los grupos de interés, condición indispensable para la conservación de ecosistemas y por ende, de sus beneficios sociales.
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