El arte de lo posible

Todos sabemos que la propiedad intelectual es de suma importancia en el marco de economías globalizadas. Ello se hace palpable a través de una circunstancia que es bastante conocida por los expertos, pero no así por el ciudadano de a pie: el capítulo de propiedad intelectual es el que normalmente cierra las negociaciones en los tratados de libre comercio. En efecto, los intangibles de propiedad intelectual poseen un gran valor para las empresas y, obviamente, los Estados quieren brindarles una adecuada protección.

Debido a ello, en el marco de las negociaciones comerciales internacionales, los Estados pretenden promover los más altos estándares de protección de sus marcas, patentes, diseños industriales, derechos de autor y secretos empresariales, entre otros. Sobre este particular, no se trata de que los países adopten legislación sustantiva según los cánones contemporáneos, cosa que actualmente tiende a ser una realidad gracias a la importante labor de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, sino que presten particular atención a su cumplimento o enforcement.

En efecto, de nada sirve poseer legislación moderna si los tiempos para la concesión de los derechos demoran una eternidad. Del mismo modo, de poco sirve contar con normas perfectamente armonizadas con los estándares internacionales, si es que no se respetan y hacen cumplir derechos de los titulares de propiedad intelectual. Del mismo modo, de poco sirve contar con una plataforma legislativa completa, si la institución encargada de velar por la propiedad intelectual no cuenta con una estructura adecuada y personal debidamente capacitado para hacerla cumplir.

Tal como se señaló, los tratados bilaterales o multilaterales de comercio imponen a los países un conjunto de compromisos vinculados con el cumplimiento normativo y, es por ello, que se debe felicitar la labor que está desarrollando el INDECOPI puesto que ha sabido modificar la percepción que se tenía hasta algunos años en el sentido de que Perú tenía legislación, pero cuyo cumplimiento era relativo.

En este sentido, hay que poner de relieve reciente publicación del Índice Internacional de Propiedad Intelectual de 2020, elaborado por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos de América y el Centro Global de Política de Innovación, en el que se destaca la sustancial mejora de nuestro país en lo atiente a la adhesión a tratados internacionales, la labor que está desplegando contra la piratería en redes (especialmente a través de acciones de oficio), mejoras sustanciales en lo que respecta a los procesos de concesión de derechos de propiedad intelectual. A ello, se debe agregar la labor que se está llevando a cabo en relación con las medidas en frontera y la coordinación con otras agencias gubernamentales.

Como consecuencia de estas acciones, nuestro país ha mejorado su posición en el índice en relación con el año pasado, y es el que mejor labor ha desplegado en toda América Latina (incremento de casi el 5.99%) y el tercero a nivel mundial luego de Canadá (6.46%) e Israel (6.34%).

Obviamente hay que seguir trabajando para seguir mejorando en el índice, Esa senda será la que permita el bien de los titulares de derechos, de los micro y pequeños empresarios y de los ciudadanos.