Nos es casi imposible imaginar una escuela que no haya adoptado la enseñanza virtual y que haya sobrevivido la pandemia por la COVID-19 que nos obligó a aislarnos socialmente de los demás para evitar la diseminación de la enfermedad. No obstante, las tasas de matrícula han bajado durante el año 2020, desde que inició la pandemia. Esto implica que las escuelas han tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías y que existe además la oportunidad para que las escuelas puedan implementar cambios en este contexto que mejoren su servicio en el largo plazo. Esto implica que las instituciones educativas se deben adaptar a las nuevas tecnologías, pero, asimismo, que se amolden a los nuevos estilos de vida. De este modo podrán alcanzar un público objetivo más amplio, incluyendo un sector de la población que trabaja y que desea acceder a la educación. La información brindada por los estudiantes en este contexto crítico ha permitido brindar una experiencia más personalizada y efectiva, como ha sucedido en otros servicios, que han recurrido a la aceleración de la transformación digital.
Y aunque este proceso de digitalización fue bastante pesado en un inicio, con varias brechas que se tuvieron que cerrar y aún están por cerrarse, el futuro de la educación promete buenos resultados a largo plazo. Las herramientas digitales alimentan con información a los profesores respecto de los métodos que generan una mayor participación y compromiso por parte de los estudiantes. Este conocimiento debe ser incorporado en las instituciones educativas a fin de lograr una mayor eficiencia en las clases. Sin embargo, la mayor lección de este proceso es que no solo las clases pueden ser híbridas, sino que también el proceso de acompañamiento al estudiante y de servicio académico puede también serlo mediante la superación de las ineficiencias del antiguo modelo. En el futuro de esta educación, las escuelas pueden invertir recursos en ofrecer no solo una clase digital, sino en mejorar el trayecto del estudiante a través de un servicio híbrido que los acompañe y que se adapte a las necesidades de estudiantes con distintas actividades remotas. Al igual que los negocios, que han evolucionado de tiendas físicas a modelos híbridos que integran tanto la venta directa como la venta digital, la educación también debe de encontrarse con la realidad de sus estudiantes y ofrecerles una experiencia acorde con la nueva normalidad.
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