Cada vez que entro a un aula, me gusta decir que estamos formando a la nueva generación de líderes. Sin embargo, ¿qué significa enseñar a ser líderes? Enseñar a ser líderes significa enseñar a ser humanos, enseñar a ser buenos ciudadanos y formar una generación de profesionales que dirijan el rumbo de nuestra sociedad hacia el sendero correcto que evite cometer los errores que hemos cometido en el pasado. Los desafíos de las nuevas generaciones escapan de conflictos bélicos o de crisis económicas agudas como hiperinflación, de eso ya hemos aprendido como sociedad. Sin embargo, existen una serie de hábitos en nuestra sociedad que nos ponen en peligro, entre ellas, nuestra responsabilidad ambiental, el uso de buenas prácticas laborales, la responsabilidad con los colaboradores, todo parte de la responsabilidad social. El sistema de capitalismo social de mercado que ha dirigido tan bien la economía de países en vías de desarrollo como el nuestro no ha sido igual de generosa con las poblaciones vulnerables, quienes, si bien se benefician del crecimiento económico a través del “spillover”, se ven también amenazadas a trabajar largas jornadas laborales, a ver como el espacio natural en el que viven se va depredando por las industrias, y a sufrir de las consecuencias de lo que el mercado capitalista exige basado en una lógica racional de apostar por aquel que tiene el menor precio y mayor productividad. La competencia promueve el desarrollo del mercado, entrega mejores beneficios a los consumidores y empuja a las empresas a ser más innovadoras, pero es igual de importante saber que este beneficio de los consumidores sea producido de manera responsable, pues existen aquellos que carecen de voz para protestar por su defensa propia, existen nuestros recursos naturales quienes no pueden reclamar por su sostenibilidad y existen futuras generaciones quienes son muy jóvenes para poder cambiar las condiciones bajo las cuales son educados.

Frente a ello, han salido nuevos productos con una filosofía de consumo responsable y producción responsable; sin embargo, estas son todavía un nicho en crecimiento, aquello que tenemos la oportunidad de cambiar, pues la conducta responsable de las organizaciones debe ser un estándar. Aunque en nuestra escuela enseñamos a profesionales a ser buenos ciudadanos, existe también la necesidad de consumidores que demanden esta nueva generación de productos, solo así podremos crear un nuevo círculo que transforme nuestra insostenible manera de hacer las cosas.
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