Hace poco llegó a mis manos el libro El amor de los abuelos escrito por Eda LeShan. Leerlo me permitió interiorzar muchas enseñanzas que ellos nos dejan. Creo que la relación que mis hijas forjen con sus abuelas es importante. El recuerdo de sus abuelos, quienes ya fallecieron, también es muy importante.
De los abuelos podemos aprender a hacer ciertas cosas. Podemos aprender a mirar y escuchar. Podemos aprender de ellos cómo siente y actúa la gente en diferentes etapas de la vida, y la riqueza en la relación que se puede dar entre niños o jóvenes con los mayores y el amor que se pueden demostrarse entre si.
Si bien yo conocí sólo a Luzmila, mi abuela materna hasta que cumplí los cuatro años, y Genaro, a mi abuelo paterno hasta los doce, considero que contar con los abuelos en una relación cercana es una verdadera bendición y regalo que la vida puede darnos a nosotros o a nuestros hijos.
No todos los abuelos son iguales. Muchos abuelos evitan hablarles a sus nietos de cosas desagradables, pues cuando ellos eran niños asi fueron criados. Para LeShan, “es posible que pensaran que no mencionándolas, desaparecerían”. De esta manera, a los niños se les mantenía en completa ignorancia.
Sin embargo, muchos abuelos piensan que antes se sabía muy poco y que ahora se sabe demsasiado, comenta la autora. También ocurre que cuando criaban a sus hijos, los abuelos eran más estrictos. Es por ello que es frecuente que los abuelos sean más divertidos y amigos de sus nietos que cuando fueron padres.
El amor que los abuelos procuran darle a sus nietos es evidente. La mayoría de los abuelos piensan que sus nietos son los mejores del mundo. Suele ocurrir que a los abuelos les cuesta negarles algo a sus nietos. No en vano, hacer feliz a alguien es una de las experiencias más agradables que uno puede tener.
En esta maravillosa relación entre abuelos y nietos, también se presentan situaciones que la dificultan como es la enfermedad y la muerte. Coincido con la autora que es importante que los niños participen de la manera más natural de estos acontecimientos que dejarán importantes recuerdos en ellos.
Los niños que no los dejaron participar en las ceremonias de duelo de sus abuelos no se sienten protegidos, sino excluidos, comenta LeShan. Considero importante las experiencias que los niños puedan tener con sus abuelos enfermos, e incluso cerca de la muerte.
Incluso en estas circunstancias de enfermedad, los abuelos y nietos se sentirán reconfortados de contar con el otro, ya que para los los primeros sus nietos representan el futuro, y para los niños, sus abuelos permitirán reconocer su pasado e historia personal.
Otro aspecto relevante que menciona LeShan es que los niños no deben sentirse responsables de la enfermedad o situación difícil que al abuelo o abuela le haya tocado vivir. No olivdemos que los niños representan para los abuelos el futuro. Incluso ahora que vivimos en un futuro más incierto que antes.
Lo que más quiere el abuelo dejar como enseñanza para sus nietos y futuras generaciones es que cada miembro de la familia viva su propia vida y no la que su padre o abuelo haya querido para él. Que esta pandemia nos ayude a valorar el aporte que tienen los abuelos, ya sean nuestros o de nuestros hijos, como miembros especiales dentro de nuestras familias.
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