Una persona que está en Flow -término utilizado en psicología positiva- naturalmente produce, se siente uno con la situación. Siente que el tiempo no pasa, no solamente porque hace bien las cosas, sino que la pasa realmente bien. Esas habilidades son parte de su identidad y le generan una motivación interna.
Este Flow en el que la persona se siente desplegada difícilmente se alcanza cuando uno está desviando el tipo de cuadrante dominante cerebral. Asi lo señala la psicóloga, terapeuta cognitivo-conductual y coach profesional Alicia Otero. Pero, ¿de qué se trata la teoría del cuadrante dominante cerebral?
Esta teoría que empieza con Carl Jung, quien en el siglo XX comienza a ver que hay tipologías o estilos de pensamiento que hacen que las personas procesen la información del entorno de maneras muy distinta. Con la ayuda de la neurociencia se ve que esta información empírica tenía un transfondo neurológico.
Surge así la teoría de los cuatro cuadrantes cerebrales estudiada por diversos autores más recientemente Ned Hermann y Katherine Benziger. “Con esto no solo se vió que había diferencia entre el hemisferio izquierdo y derecho, sino diferencia entre los cuadrantes frontales y posteriores o corticales”, señala Otero.
Alicia Otero, psicóloga clínica, terapeuta cognitivo-conductual, coach profesional y mentor coach, explica las características de personalidad por la predominancia de cada uno de los cuatro cuadrantes cerebrales:
“El frontal derecho es el de los innovadores. Son personas muy creativas, piensan como si tuvieran varias ventanas abiertas. Les gusta el cambio y se sienten muy bien cambiando, pero tienden a ser un poco dispersas, les cuesta ser constantes en lo que empiezan”, señala.
“El derecho posterior o cortical es el de las personas sociables. Les gusta la armonía en el entorno. Son líderes afiliativos. La gente los sigue, porque se sienten cómodos y se identifican con ellos. Tienen muchas habilidades sociales. Son muy empáticos, les gusta enseñar y son grandes comunicadores”, explica.
“El cuadrante frontal izquierdo son personas que se guían por la tarea, por el objetivo. Son altamente productivos. Su pensamiento es lógico analítico. Les gusta solucionar problemas. Son muy competitivos, incluso con ellos mismos. Quieren lograr rápidamente el objetivo y quieren ser los primeros”, observa.
Otero agrega que estos “tienen gran fuerza para que las personas se sientan seguros con ellos. Tienen un liderazgo más autoritario, pero no negativo, pues en situaciones de conflicto tienen la mente objetiva, los sentimientos aparte y pueden ver las cosas con mucha objetividad. Pero pueden ser poco empáticos”.
“El cuadrante cortical izquierdo es el de las personas muy ordenadas, detallistas que se enfocan en la tarea y a la optimización de los procesos. Les gustan los hábitos y seguir un mismo proceso. Son personas que tienden a ser convencionales, muy ordenadas y fieles en sus afectos, muy tranquilos, pero pueden ser rígidas con el orden y demasiado rigurosas con ellas mismas”, explica
Para la coach profesional y mentor coach, “cuanto más realicemos habilidades en nuestro cuadrante dominante vamos a tener los mejores resultados con la menor inversión de esfuerzo”. Sin embargo, explicó que esto no debe ser un intento de que la persona se especialice en ese cuadrante y se olvide de los otros.
“Debe haber un correcto balance entre los cuatro cuadrantes para que la persona pueda responder a todas las áreas de desarrollo de su personalidad y su vida”, acota la terapeuta congnitiva-conductual. “Hay ejercicios específicos que un coach o un terapeuta puede ayudar a desarrollar habilidades en todos los cuadrantes. De hecho, un buen líder necesita desarrollarlos", explica Otero.
Según el Modelo Benziger -creado por la neuróloga Katherine Benziger- que explica la manera en que aumenta o disminuye la felicidad, salud y éxito según el uso del cerebro, “lo óptimo sería tener en la prueba 80 en tu cuadrante dominante, 60 en los cuadrantes adyacentes y 40 en el opuesto”, detalla Otero.
Asimismo, explica que “es importante ver las tendencias innatas, la cultura, como hacer por ejemplo que la gente joven vaya cultivando esos talentos innatos, pero a la vez se adapte y dialogue con sus fortalezas y luego cuando ya son más grandes la libertad de la persona para ir viendo de qué manera sigue desarrollándose”.
“El problema es cuando uno quiere encajar en un perfil determinado porque cree que ese perfil es el que le va a dar el éxito y no se conoce a si mismo”, enfatiza Otero.
Al desviar el cuadrante predominante cerebral uno puede terminar desarrollando muchas habilidades, pero generando demasiado esfuerzo a nivel del cerebro y eso genera tensión. “Se ha visto en la investigación que eso genera mucha depresión y trastornos de ansiedad”, explica la psicóloga clínica.
Para la especialista, “estos hallazgos nos ayudan a ver que no somos autosuficientes y necesitamos de los otros en cualquier equipo de trabajo, familia, amigos, ya que las habilidades y perspectivas de otros nos ayudan y enriquecen”.
Finalmente, dijo que “de igual manera no es necesario imitar a otros para alcanzar el éxito, pues tenemos muchas riquezas y habilidades. Lo importante es conocerlas para cultivarlas y potenciarlas”.
Comparte esta noticia