El Nobel de Literatura 2010 recordó en el Hay Festival Arequipa 2020 sus encuentros con el escritor argentino Jorge Luis Borges. Además, rescató el legado de su obra en la literatura universal.
La relación de Mario Vargas Llosa con la obra de Jorge Luis Borges no empezó como un amor a primera vista. De hecho, fue al principio un placer culposo, según confesó el Nobel de Literatura 2010 en el Hay Festival Arequipa 2020 —donde sostuvo una charla con el periodista Raúl Tola—, una lectura que sostuvo a escondidas y luego solo despertaría en él admiración.
A propósito de su libro “Medio siglo con Borges”, que publicó este 2020 y en el que recoge entrevistas, ensayos y artículos dedicados al autor argentino, Vargas Llosa recordó que empezó a leer su obra en la década de 1950, cuando su visión sobre la literatura estaba marcada por las ideas del francés Jean Paul Sartre.
“Recuerdo haber leído a Borges por primera vez gracias a Luis Loayza”, señaló el escritor arequipeño. “No recuerdo qué leí, pero sí que quedé impresionado con sus cuentos. En ese momento era muy seguidor de Sartre y todos los filósofos existencialistas que creían en la literatura comprometida como un arma para transformar la sociedad. Ante ese tipo de enseñanzas, Borges resultaba un irritante”, agregó.
En efecto, según Vargas Llosa, Borges se hallaba en las antípodas de su par francés, precisamente porque practicaba una literatura fantástica, desinteresada de los cambios sociales y la política. “Fue para mí un shock encontrar un escritor tan distinto y que además era muy bueno. Al principio, yo disfrutaba de Borges, pero sin reconocerlo”, recordó.
BORGES EN FRANCIA
En 1963, Vargas Llosa conoció a Borges en París (Francia), a donde el autor de “Ficciones” llegó para ofrecer una serie de conferencias que lo hicieron conocido en todo el mundo. El encuentro le llenó de emoción, sobre todo al atestiguar el deslumbramiento que produjo a los franceses un colega latinoamericano que daba muestras de ser una persona de mundo.
“La idea de los europeos de América Latina era muy primitiva: un mundo de pistoleros, revolucionarios y dictaduras. Entonces, una persona tan refinada, tan intelectual y con ese conocimiento universal de la literatura, los sorprendió, los desconcertó, los admiró y, desde entonces, Borges comenzó a tener discípulos en otras lenguas, no solo en el español”, manifestó.
La década de 1960 le deparó muchas satisfacciones a Borges, quien hasta ese año ya había publicado sus mejores cuentos. En 1961, ganó el Premio Formentor junto al escritor Samuel Beckett y, a partir de entonces, su trayectoria literaria se llenaría de galardones y condecoraciones, como La Orden del Sol que recibió en Perú en 1965.
Tanto reconocimiento no era para menos. De acuerdo con el autor de “La casa verde”, Borges consiguió crear una obra de enorme originalidad en la que predominaban las ideas y un estilo concreto, preciso, pero de gran belleza verbal, que marcaba la diferencia con sus pares latinoamericanos, entregados al palabreo del idioma español.
LA AMISTAD CON BORGES, UN IMPOSIBLE
Con el tiempo, Vargas Llosa tuvo la oportunidad de reunirse con Borges en otra ocasión. Esta vez, ya no en Francia, sino en el departamento del escritor argentino, en Buenos Aires. Era, según el Nobel peruano, una casa modesta en la que no había ni un solo libro de Borges ni sobre su obra.
De aquella reunión salió a la luz, en 1981, una nueva entrevista, recogida también en “Medio siglo con Borges”. Entonces el autor de “El informe de Brodie” dejó entrever su incomodidad luego de que Vargas Llosa le hiciera notar que en su vivienda había goteras. “Me dijeron que nunca me había perdonado que yo citara esa gotera”, dijo entre risas el escritor.
“Nunca llegué a ser amigo de él”, apuntó Vargas Llosa. “Yo creo que era muy difícil ser amigo de él cuando era muy famoso. Creo que se encerraba en lo que se llama ahora una persona, otra persona que él había inventado y que era la que daba las conferencias, las entrevistas”, añadió.
Sin embargo, pese a las diferencias literarias y políticas, de algo no cabe duda: Mario Vargas Llosa continúa considerando al escritor argentino como un gran maestro. Para muestra está “Medio siglo con Borges”.
Comparte esta noticia