“El principio de Arquímedes”, la obra sobre la cancelación con la que el director Roberto Ángeles vuelve al teatro presencial

La cancelación de alguien a causa de rumores esparcidos en las redes sociales y los límites afectivos de los educadores son los principales temas de “El principio de Arquímedes”, obra del catalán Josep María Miró que marca el retorno al teatro presencial del director Roberto Ángeles, y que se estrena este jueves 31 de marzo en el Teatro de Lucía.

RPP Noticias asistió a uno de los ensayos de la obra, y conversó con el director y sus protagonistas Fernando Luque y Sandra Bernasconi, quienes estarán acompañados de Óscar Beltrán y Alonso Cano.

“Para mí es una enorme alegría poder volver al teatro presencial y se lo agradezco a quienes lucharon durante la pandemia: médicos, enfermeras, bomberos, policías, empleados de limpieza. Entonces, con mucha gratitud vuelvo a mi trabajo, dando el mejor esfuerzo posible porque creo que esa es la única forma de hacerlo”, nos comentó Roberto Ángeles.

Otro motivo de felicidad para Roberto es dirigir esta obra junto a exalumnos suyos, como es el caso de Fernando Luque, que vuelve a una puesta en escena con otros actores, ya que hasta hace muy poco estuvo presentando el unipersonal “La fiesta saturnal”.

El joven actor también manifestó su alegría por volver a estar bajo la dirección de Ángeles. “Trabajar con Roberto siempre es un placer. Él siempre da mucha libertad para proponer, crear, para encontrar el personaje y darle tu propia verdad. Eso me parece genial, y además es mi maestro, así que siempre es un enorme placer el reencuentro.

La cancelación, un tema muy actual

“El principio de Arquímedes” se centra en Jordi (Fernando Luque), un joven profesor de natación de niños, que, para tranquilizar a uno de sus alumnos más miedosos, le da un beso y un abrazo. Este hecho se convierte en un rumor que llega a la directora de la academia, Ana (Sandra Bernasconi); otro instructor, Héctor (Óscar Beltrán); y un padre de familia, David (Alonso Cano).

A través de las redes sociales, el rumor se propaga y distorsiona a toda velocidad.  Ahora, compañeros y padres serán sus jueces, en lugar de las autoridades.

“La obra trata un tema delicado y actual, muy presente en nuestro medio, el cual es culpar a una persona, sancionarla y hacer pública esta sanción, esta supuesta culpa, con mucha energía y rabia, sin haber investigado si realmente es culpable o no”, nos explicó Roberto Ángeles.

“El principio de Arquímedes” tiene una interesante manera de interactuar con el público. Al no mostrar el momento en que Jordi besa y abraza a su alumno, y evidenciar una serie de indicios en su contra, genera duda en el espectador y lo reta a sumarse al cargamontón contra él, o a tomar una postura menos apasionada y más objetiva.

“La obra te pone como espectador, como juez, y creo que ese es un lugar interesante, porque en las redes sociales también lo hacemos, y a veces saltamos a expresar opiniones demasiado prematuras. Y creo que la obra permite ver el caso desde todos los ángulos y perspectivas posibles, y desde allí uno puede tomar una decisión un poco más consciente”, nos dijo Fernando Luque.

Personajes al límite

Al inicio, “El principio de Arquímedes” nos presenta a un Jordi relajado, que no teme desobedecer las reglas de la academia de natación, como fumar en el camerino, o hacer algunos comentarios de tono sexual sobre alumnas. Pero conforme pasen los minutos y se sienta acorralado, su actitud dará un giro.

Aquí hay que resaltar el trabajo que Fernando Luque ha hecho con el personaje, al pasar de la despreocupación al agobio con una calculada gradualidad. “Era bien importante marcar esa primera parte del personaje, y luego contrastarla con una defensa férrea, completamente íntegra. Claro, Jordi genera sospechas, pero en todo caso ese ha sido un poco el trabajo: tratar de estar siempre en esa delgada línea”.

Otro asunto donde Jordi desafía los límites de lo correcto es en el trato con sus alumnos. El mismo Fernando nos hizo ver que el instructor de natación nunca niega haber besado a su pequeño alumno en la mejilla.

“En la docencia se ofrece una estructura afectiva, pero igual hay que tener cuidado en cómo se hace. Hasta qué punto uno puede realmente intervenir en el espacio privado del alumno, y yo creo que allí hay que ser extremadamente cuidadosos”, nos aclaró Fernando, que también enseña actuación.

Quien secunda a Jordi en la obra es Ana (Sandra Bernasconi), la directora de la academia, que debe lidiar con el profesor y con los padres de familia que piden la cabeza de este. Ella también es blanco de críticas por parte de personas que no saben por las penas que ha pasado.

“Ana tiene una problemática que parte de un drama personal sucedido hace años, y no logra entender por qué pasó y si ella tuvo algo que ver. Entonces, cuando sucede todo esto, también trata de comprender profundamente a sus entrenadores, así como el dolor y la preocupación de los padres”, nos comentó Sandra Bernasconi.

Los otros dos personajes, Héctor (Óscar Beltrán), el colega y amigo de Jordi, y David (Alonso Cano), el padre de uno de los niños, también tienen motivos para crear su propia versión de los hechos.

Una propuesta simbólica y minimalista

Dado que "El principio de Arquímedes” muestra los diferentes ángulos de su historia, Roberto Ángeles ha propuesto que el escenario gire conforme pasan las escenas. Esto se logra con el cambio de lugar de los escasos elementos que conforman la escenografía, los cuales van rotando y marcando los confines de los nueve metros cuadrados a los que ha sido reducido el escenario.

A través de un espacio más estrecho y un par de muebles, el director refuerza el simbolismo de la obra. “No me detengo mucho a hacerlo de manera realista, sino simbolista, porque la obra termina simbólicamente. En ese sentido, los muebles son simbólicos. Los casilleros o lockers, que por lo general son altos, acá son de madera y chiquitos, y solo hay una banca. Es una propuesta minimalista”, nos explicó.

Mediante estos recursos y un excelente despliegue actoral, “El principio de Arquímedes” nos sumerge en esta problemática actual, y nos da a entender que, mientras no conozcamos todos los detalles de un hecho ni dejemos su resolución a las personas indicadas, la verdad nunca saldrá a flote.

Así nos lo hace saber Roberto Ángeles: “Creo que en algún momento vamos a tener que autorregularnos, autocontrolarnos, y no desbocarnos en las sanciones, tan pronto y fácil, contra personas que quizá sean culpables. Esa es labor de la justicia y no de las personas comunes y corrientes”.

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