El querido cantante francés viajó a Berlín para ultimar su recital con el que pasará su cumpleaños en la capital alemana.
Charles Aznavour, uno de los cantantes más queridos en Francia, embajador armenio y representante de Ereván ante la ONU y la Unesco, cumplirá mañana 90 años sobre un escenario berlinés, días después de haber editado un cuádruple CD con 90 temas suyos.
El creador de "La bohème", que hoy viajó a Berlín para ultimar su recital, asegura que, llegado a este punto de su vida y su carrera, lo de menos es cumplir años.
Lo ratifica a Efe uno de sus portavoces: "Charles Aznavour no ha deseado celebrar su cumpleaños".
"No hay ninguna razón" especial para ello, lo quiso así. "Celebrará sus 100 años", adelanta el representante de esta monumental figura de la canción, que inició su carrera a los 9 años y vivió unos principios muy duros hasta que, al fin, su talento fue reconocido a mediados de los cincuenta.
En la misma agencia 96b donde se dan cita otros grandes mitos de la escena francesa recuerdan, sin embargo, que el 12 de mayo, diez días antes de esa fecha tan señalada para los millones de seguidores que tiene Aznavour repartidos por el mundo, salió a la venta "su primer "best of" oficial "Aznavour 90ème Anniversaire".
Lo iluminan 90 temas legendarios cuyo broche final es "Tendre Arménie" y su principio "Le feutre taupé" y "Départ express", dos dúos cantados en los inicios de su carrera junto a Pierre Roche.
Entre esas baladas y hasta la penúltima canción, "Viens m"emporter", se enlazan celebérrimas melodías como "Tu t"laisses aller", "Je m"voyais déjà", "For me, formidable", "La mamma", "Que c"est triste Venise", "Plus rien", "Emmenez-moi", y tres dúos más, con Édith Piaf, Katia Aznavour y Mayra Andrade.
El cantautor, actor, político y escritor, capaz de desdeñar sin malherir los múltiples adjetivos elogiosos que se le adjudican, frente a los que dice considerarse un simple "artesano", no eligió ese recorrido musical.
Fueron los especialistas de la discográfica Universal y "lo hicieron muy bien", explicó el pasado viernes al canal público France 2.
"Yo no sabría hacerlo. No tengo ese sentido comercial de saber lo que el público va a querer. Sé lo que quiero hacer que quiera, pero no lo que le va a gustar", añadió.
Tan lleno de vida, curiosidad y energía como contradictorio, el intérprete, que dice escribir cada día al menos una canción pero tirar muchas de ellas, no quiere hablar de despedidas, aunque acaba de poner fecha para su concierto de adiós.
Será "el 22 de mayo de 2024", dijo el pasado día 14 desde Ereván ante un público muy especial, formado por el presidente francés, François Hollande, y su colega armenio, Serge Sarkisian.
Entre tanto, ya se sabe, el concierto berlinés de mañana no festejará nada. La sala de conciertos O2 estaba libre ese día y él dijo que sí. Eso es todo, recalcan los medios franceses, haciéndose eco de unas palabras del cantante recogidas por la prensa alemana.
No obstante, estos días, en Francia, los medios no cesan de glosar la insaciable y prolífica actividad de este hijo de armenios emigrados que adora cantar ante su público, pero dice amar por encima de todo escribir.
Tarea que en estos momentos le tiene concentrado con sus canciones diarias, dos novelas en curso y la cuarta parte de "la trilogía" de sus memorias.
Escritura que compagina con su vida familiar y conciertos por todo el mundo, que el próximo 1 de junio le llevarán al Royal Albert Hall de Londres; el 26 de ese mismo mes al Gran Teatre del Liceu de Barcelona; el 1 de julio a Roma; el 13 de septiembre a Los Ángeles (Estados Unidos); o el 3 de octubre a Moscú.
EFE
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