Loughlin, recordada por interpretar a la tía Becky en la serie "Full House", fue declarada culpable por conspirar para lavar dinero en una red de sobornos millonarios para facilitar el ingreso de sus hijas en una universidad de EE.UU.
La actriz Lori Loughlin, conocida por su participación en la serie "Full House" ("Tres por tres"), fue condenada a dos meses de cárcel por su participación en una red de sobornos millonarios para facilitar el ingreso de sus hijas en una prestigiosa universidad de EE.UU.
Por su parte, su esposo, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, fue sentenciado a cinco meses de prisión por su implicación en este escándalo. Además a él se le ordenó pagar una multa de US$ 250.000 y realizar 250 horas de servicio comunitario.
Lori Loughlin se había declarado culpable en mayo de un cargo de conspiración para cometer fraude electrónico y postal, después de que ella y Giannulli negaran su participación en el escándalo durante un año.
La Fiscalía los acusó de conspirar para lavar dinero procedente de sobornos y otros pagos a través de una organización benéfica dirigida por Rick Singer, considerado el presunto autor intelectual del fraude, así como de transferir dinero a EE.UU. para promover esa trama.
MILLONARIA RED DE SOBORNOS
Según los documentos judiciales, la actriz de "Full House" y su esposo aceptaron pagar sobornos de US$ 500.000 a cambio de que sus dos hijas fueran aceptadas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California, pese a que no practicaban ese deporte, para así facilitar su admisión.
En 2019, el Departamento de Justicia de EE.UU. desveló una red de sobornos millonarios de familias adineradas, entre las que figuran las de las actrices Felicity Huffman y Loughlin, para facilitar el acceso de sus hijos a prestigiosas universidades como Yale, Georgetown o Stanford.
La Fiscalía de un tribunal en Boston (Massachusetts) acusó entonces a unas 50 personas, entre las que se encuentran entrenadores deportivos, de organizar una trama para falsificar y engañar en los exámenes de ingreso a varias universidades, en la que llegaron a pagarse US$ 25 millones en sobornos.
Otros padres pagaron para presentar exámenes falseados de sus hijos y obtener así calificaciones más altas con el objetivo de ingresar en estos centros educativos, algunos de los más prestigiosos del país. (EFE)
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