Perú vs. Paraguay: análisis del plan de ataque del equipo de Eduardo Berizzo

En su presentación en febrero de 2019, Eduardo Berizzo dijo tener como uno de sus primeros objetivos el “encontrar una línea de juego” para su proyecto en Paraguay. La idea representaba la diferencia histórica del sentir por el fútbol de un país, con el del nuevo entrenador, que inició su periodo en los banquillos nada menos que al lado de Marcelo Bielsa.

Berizzo no concibe el desarrollo del juego como acostumbró Paraguay, el que les brindó cuatro clasificaciones consecutivas a los mundiales desde Francia 98 y el mismo que los dejó al margen de Brasil y Rusia. El plasmar un solo concepto estancó en metas a los guaraní, como fortalecerse en defensa, ceder el protagonismo con el balón y esperar mucho del juego aéreo en función ofensiva. Primero con Juan Carlos Osorio (aunque no llegó a debutar) y luego con el ‘Toto’, la muestra clara de la Asociación Paraguaya respecto a la selección de sus estrategas era la de renovarse, camino por el que ya andan y con una cierta cantidad de partidos como para definir propuestas.

Hasta el momento son 14 partidos de la ‘albirroja’ y apenas tres victorias en su mando, de las que ninguna fue en la Copa América, aunque puso en aprietos a Brasil en cuartos de final.

Ataque de Paraguay

Si por Perú existe uno o más modelos para poner en escena dependiendo del contexto y rival, Paraguay está en camino a eso, a definir una corriente base. Distribuyéndose con 1-4-3-3 como el sistema más empleado hasta aquí por Berizzo, propone la presión al contrario en el medio sector con uno de los centrocampistas y el respaldo de los extremos. Primer trabajo en defensa para provocar la pérdida. Que el entrenador apueste por elementos de capaces de exigirse con mayores recorridos sin el balón y ataquen a velocidad al espacio luego de recuperar, da sentido a la intención inicial.

La organización de la ofensiva con el balón progresa desde las bandas, por ello que el técnico guste de tener a laterales con más predisposición a la salida y brinden amplitud en el campo como Iván Píris o Blas Riveros, aunque el primero quedó al margen para el inicio de las Eliminatorias por lesión.

Paraguay triangula mediante pases consecutivos con el lateral, extremo, el punta y el extremo del sector opuesto donde se origina la construcción. Es frecuente esta apuesta y tras la Copa América donde mejor pudo representar su idea fue en el amistoso ante Eslovaquia. En este aspecto la función de los centrocampistas es clave para liberar zonas. Ocupan espacios como opción de pase para atraer marcas y mediante el avance acompañan para sumar volumen y superioridad en el área contraria en la finalización.

Es claro cuando se lleva el ataque por un denominado sector y se desea despejar la zona opuesta. Dependiendo de los contextos, podríamos encontrar a los extremos en mano a mano con Trauco o Advíncula muy cerca del área de Perú y con espacio que beneficia a Paraguay.

El factor Almirón

Líneas arriba mencionaba que Eduardo Berizzo todavía desea encontrar el método principal de su seleccionado en función de ataque. Hasta aquí ha probado diversas estructuras y con características distintas de los delanteros, pero en todas ellas quien apareció como el elemento constante es Miguel Almirón, acaso el mejor jugador que tiene ahora Paraguay.

El jugador del Newcastle ha acompañado al ‘9’, jugó detrás de él, extremo y como interior. En todas apareció como el jugador para imprimir velocidad en la transición y desde luego para él mismo concluir los ataques. Dónde y qué rol le dará el entrenador contra Perú es una incógnita, pero sí se puede aguardar de él una de sus mejores virtudes: el desmarque.

Sea con la referencia de los zagueros para jugar a sus espaldas, aparecer a velocidad con el contragolpe o detectar la zona despejada detrás de los centrocampistas. Es un jugador de constantes movimientos y con lectura para generarse los espacios, donde descargará o rematará, como en la victoria amistosa ante Bulgaria.