Tras su gol a Brasil, el delantero de la Selección Peruana parece haber alcanzado el nivel que le abrirá las puertas a ligas más competitivas.
"No me gusta que un jugador peruano vaya a Tailandia". Por un momento, hace tres meses, Ricardo Gareca se mostró decepcionado con Raúl Ruidíaz (Lima, 25 años), ese pequeño delantero peruano de 1.68 metros de estatura que el último domingo anotó un gol histórico a Brasil en la Copa América. Cansado de esperar la oferta de un club de alto nivel, estuvo a punto irse a jugar a la liga tailandesa, atraído más por las chances económicas que por las oportunidades profesionales.
El inicio de su carrera. Su debut en 2009 hizo presagiar una carrera diferente. Con apenas 9 partidos como profesional y una participación fundamental en el título de Universitario de Deportes ese año, parecía que el camino al éxito sería corto. "Es una joya, el chico tiene un futuro brillante", dijo Germán Leguía, el ex jugador y dirigente del club en aquel entonces.
Universidad de Chile. Apenas dos años después, el torneo local le quedaba pequeño y fue transferido a la Universidad de Chile de Jorge Sampaoli. La coincidencia era perfecta: un jugador ambicioso entrenado por un técnico que estaba a poco de revolucionar al club azul y a la Selección de Chile. “Sampaoli sacó cosas de mí que yo no sabía que tenía. Como ser goleador, jugar de ‘9’, la de ser el primer defensor y además me explotó físicamente”, dijo el delantero en una entrevista reciente. Pero luego de 24 partidos, 8 goles y un título nacional, el jugador aún no se adaptaba al nuevo estilo de juego. Ruidíaz destacaba en lo ofensivo, pero tenía problemas para aplicarse en las funciones defensivas que el argentino exigía a todos.
Ruidíaz es Universitario. Ruidíaz piensa mejor con la pelota en los pies, que esforzándose por recuperarla. En su reciente temporada con Universitario, el técnico Roberto Challe le ha dado mayor libertad en la cancha, con menor responsabilidad de marca y ya lleva 10 goles en 9 partidos, título del Apertura incluido. Con Sampaoli no tuvo esa ventaja y el propio delantero pidió ser vendido. La U. de Chile lo transfirió al Coritiba, un equipo tradicional del sureste de Brasil. El remedio resultó peor que la enfermedad. Media temporada después dejó el equipo sin haber anotado goles y fue prestado en 2013 a Universitario, donde continúa hoy. Regresó al punto de partido, sin el éxito internacional que el club, hinchas y periodistas habían previsto. En las últimas tres temporadas sumó 43 goles en 104 partidos, pero ni esa cifra le ha permitido regresar a una liga competitiva.
Mano de Gareca. Sin embargo la gran oportunidad de su vida no ha llegado en forma de contrato, sino de una convocatoria a la Selección Peruana, necesitada de nuevas figuras y en crisis permanente por los malos resultados en las Eliminatorias. La ‘Pulga’ comenzó a pagarle la oportunidad al seleccionador argentino Ricardo Gareca con un tanto que le evitó a Perú el papelón de perder de local ante Venezuela en la última fecha de las Eliminatorias. El reciente gol ante Brasil en la Copa América fue histórica de muchas maneras: clasificó a la Selección Peruana a cuartos de final, le permitió una victoria ante Brasil luego de 41 años y significó la eliminación del pentacampeón mundial, fuera de la fase final del torneo por primera vez en su historia.
Su futuro. Pocos hablan de su mérito para lograr la anotación, de su sentido de ubicación y la capacidad para superar la marca de Daniel Alves. El debate es si la metió con la mano o no, algo que ninguna cámara de televisión ha podido esclarecer. Sin embargo, la polémica no le robó todo el protagonismo a su desempeño y se habla de un interés del Morelia de México. Más ofertas podrían llegar si anota más goles, si Perú sigue avanzando en la Copa América. Hasta ahora las señales parecen inequívocas: no todos los caminos conducen a Tailandia.
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