La mala dirección de un equipo de fútbol puede llevarlo a obtener malos resultados, el descenso y hasta la desaparición del club. River Plate está pasando uno de los peores momentos de su historia, un ejemplo a no seguir.
Hoy en día, sabemos que gran cantidad de clubes históricos y ganadores en Sudamérica vienen pasando situaciones difíciles sobre todo en lo económico y dirigencial. Esto no le es esquivo al fútbol peruano.
En los últimos años, equipos no tan populares ni históricos pero bien organizados y serios como la Universidad San Martín, Juan Aurich de Chiclayo, León de Huánuco y César Vallejo vienen realizando campañas más que respetables, incluyendo además de campeonatos (como es el caso de San Martín), clasificaciones a torneos internacionales.
Por otro lado, los equipos más gloriosos, por más que hayan sido también campeones y nos representen internacionalmente hasta ahora, vienen acumulando una serie de problemas dirigenciales, malos manejos y situaciones económicas problemáticas por la falta de dinero y planificación.
Ojalá que estos equipos tengan mucho cuidado. River Plate campeonó con Diego Simeone como técnico en la primera parte del 2008 (hace muy poco). Sin embargo, el sol no se puede tapar con un dedo y en el siguiente campeonato del mismo año, llegaron últimos.
Esto definitivamente le puede pasar a un club peruano. Por más campeonatos, éxitos, jugadores nuevos e hinchada que tenga un equipo, la gran cantidad de problemas dirigenciales y económicos no se pueden tapar con un dedo.
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