La selección brasileña no ha mostrado su mejor rendimiento en esta fase de grupos pero le bastó para clasificar primera. Aquí te mostramos un compacto con el análisis al estilo de RPP.
La selección de Brasil ha pasado más de un apuro en este Mundial pese a que le tocó un grupo relativamente sensillo en el que pudo ganar dos partidos (Croacia y Camerún) y empatar uno sin goles frente a la complicadísima y sorpresiva selección mexicana.
La dependencia del scratch de su jugador estrella, Neymar, es notoria. Aún no ha podido consolidar un juego colectivo importante y dista mucho de las expresiones que en otros mundiales brillaran con jugadores como Roberto Carlos, Rivaldo, Ronaldinho o Ronaldo. Esta selección tiene fantasía solo en el delantero del Barcelona, explosión en el contragolpe pero es lenta en defensa y por momentos carece de ideas para hacer daño en el arco contrario.
Así las cosas, ante Croacia, primer partido de la "Canarinha", los yerros en la zaga ya se hacían notorios. Dani Alves jugó fuera de su posición en el gol de los croatas, Paulinho no llega a la cobertura y Thiago no sale a tiempo a cortar. Sin embargo los brasileños encontraron el bálsamo en las contras que tan bien manejan aunque el único jugador que desentone sea Fred, quien pareciese que jugara para otro equipo.
Con México la historia fue similar. Se encontró el profesor Scolari con un equipo durísimo y sólido en defensa que además marcaba muy arriba y que ofrecía una buena contra. Estuvo muy cerca de ganarlo aunque los brasileños también tuvieron ocasiones claras que hicieron crecer a la figura del portero Ochoa. La defensa con Marcelo y con Dani Alves no representa una opción de salida clara; lo más sólido es el trabajo de Thiago Silva y David Luiz, la pareja de centrales que cumplió su labor en aquel encuentro.
Para el encuentro ante Camerún, el festín del cuadro africano vino por el lado derecho donde Dani Alves era el encargado de marcar. En diferentes ocasiones el lateral del Barcelona se vio doblegado y dejó desguarnecida a su defensa. Pero fue entonces que apareció la magia de Neymar que se echó a jugar y fue determinante en el triunfo.
En síntesis, una dependencia si bien es cierto no excesiva pero sí determinante de Neymar y un sistema defensivo endeble es lo que marca a este Brasil que ya está en octavos de final y que deberá medirse ante la complicada y ofensiva selección chilena en un partido que será muy parejo.
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