Luego de ser echado del Atlante por llegar con aliento a alcohol a un entrenamiento, el futbolista peruano se encuentra refugiado en su casa de playa analizando dejar el fútbol.
Reimond Manco Albarracín, futbolista de 20 años, que ha vivido una semana llena de problemas, no tiene un futuro claro, pues el dueño de su carta pase - Juan Aurich- no lo quiere de vuelta para disputar el torneo Descentralizado.
Alejado de todo en su casa de playa Arica, Manco analiza dejar de jugar al fútbol, deporte que ha sido parte de su vida desde que era un niño.
Su padre, José Manco, sufre por el momento que atraviesa su hijo.
“Me duele la burla, no saben la realidad. Entre peruanos nos matamos. A mi hijo le pudo pasar algo grave y la gente y los periodistas se ríen o le creen a otros. Mi hijo perdió mucha sangre. Tiene aún golpes, chichones en la cabeza”, señaló a un medio local.
Cabe señalar que el joven jugador mantiene la versión del rapto, y niega la acusación del club Atlante, que señala que el futbolista llegó a entrenar en estado de ebriedad.
Ante esto, el padre indicó: “De hombre a hombre le pregunté qué paso. Me dijo que había sido golpeado, y yo le creo a mi hijo”. Asimismo, se dio a conocer que Manco asistió a una clínica local para que lo revise un otorrino, esto debido a los golpes que habría recibido en la nariz de parte de sus raptores.
“Es una tranquilidad que esté aquí. Él todavía no se repone, mi hijo está asustado, preocupado, quiere dejar el fútbol”, sentenció.
Cabe recordar que Reimond Manco está suspendido de la selección peruana por haber cometido un acto de indisciplina junto a Jefferson Farfán y John Galliquio en Panamá. Los tres jugadores se escaparon de la concentración de la selección mayor a un casino donde fueron fotografiados.
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