La rápida intervención de los agentes de seguridad evitó lo que pudo ser una desgracia en la compañía de la lucha libre.
Se evitó una desgracia. Durante la última emisión de Smackdown, el luchador Dean Ambrose estuvo a punto de ser apuñalado por un fanático. De no ser por la rápida intervención de los agentes de seguridad, la 'sangre no llegó al río'.
Todo transcurría con normalidad, Dean Ambrose luchaba junto codo a codo con Roman Reings ante la Familia Wyatt. De pronto, cuando Ambrose se encontraba cerca a la zona de los aficionados, un fanático se abalanzó con la única intención de atacarlo.
El deportista se encontraba de espaldas, cuando el avezado fanático provisto de un cuchillo intentó realizar su cobarde ataque.
Finalmente, la rápida intervención de la seguridad se encargó de reducir al agresor y evitar una posible desgracia.
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