La Selección Peruana volvió a la final de la Copa América luego de 44 años. Aunque antes Brasil había goleado, se encontró cómo revertir y competir en el torneo.
El Maracaná, mítico estadio de Brasil, donde diversas historias del fútbol se han escrito -pero acaso la más recordada es la derrota de su selección ante Uruguay en la final del Mundial 1950-, abría sus puertas para otra disputa de un título en el balompié. Los anfitriones estaban inscritos para la gran cita y buscarían un título internacional luego de seis años, un tiempo largo de espera para el pentacampeón del mundo. ¿El rival? Uno que no se aproxima a virtuosa galería de trofeos y, además, volvía a una final tras más de cuatro décadas. La Selección Peruana de Ricardo Gareca.
El último partido de la Copa América 2019 reunía a dos de las cuatro selecciones sudamericanas, por entonces, con el proceso de trabajo más largo. El ‘Tigre’ Gareca arribó a Lima en marzo de 2015 y Tité asumía en el ‘Scratch’ en junio de 2016. Podía entenderse como una final por consecuencia del tiempo.
En cinco partidos anteriores, el local ganó en tres. No pudo contra Venezuela ni Paraguay, pero ante Bolivia, Perú (fase de grupos) y Argentina plasmó su poderío. Dos goleadas y una semifinal cómoda en el clásico sudamericano, pese a no tener a Neymar y al frente sí estar Lionel Messi. Una final más para Brasil que, literal, barrió a Perú por 5-0 en un cotejo con muchas imprecisiones individuales por parte del rival. Eran favoritos, y por mucho, para el título.
Desde que Ricardo Gareca se presentó como el entrenador de nuestra selección y manifestara su confianza por el futbolista peruano en su presentación, la del 7 de julio, un año atrás, era su primera final. El torneo significaba el regreso oficial de Carlos Zambrano a la Selección, alguien quien alcanzó un nivel sostenido en la competencia. Una apuesta sólida por un sistema táctico distinto al habitual, el 1-4-3-3, con un tercer volante que fue Christofer Gonzáles, añadiéndose a Renato Tapia y Yoshimar Yotún en el eje ante Venezuela. La suplencia en la mayoría de juegos de André Carrillo, reclamado como el futbolista de mejor desequilibrio para el ataque.
0-0 con la ‘vinotinto’, 3-1 ante Bolivia en el Maracaná (con el grito de euforia de Edison Flores) y el estrepitoso 5-0 en contra que propinó Brasil. Se clasificó a cuartos y ante Uruguay el plan fue resistir, tanto que bastó solo ese compromiso para la reivindicación con el aficionado de Pedro Gallese, uno de los señalados en la goleada previa. A la cúspide se llegó en el Mineirao. Un 3-0 a Chile, categórico, para mostrar firmeza que llegar a la final no era solo cuestión de suerte.
El 7 de julio, un año atrás en el Maracaná, Ricardo Gareca volvió a incluir a Carrillo en el once, el que volvía al sistema tradicional de su proceso con Edison y André hacia las bandas y Christian Cueva por detrás de Paolo Guerrero.
Si en fase de grupos se intentó plantarle cara a Brasil, el ‘Tigre’ optó por poner en cancha al equipo que más conocimiento tenía de su plan, casi en todas sus líneas, pero con misiones distintas para neutralizar.
Presiones directas hacia el eje de Casemiro – Arthur, acompañamiento constante a los atacantes de banda, Everton y Gabriel Jesús. Por Perú, era prácticamente el mismo elenco, pero en una película que buscaba completar con un desenlace distinto.
En 15’, Gabriel Jesús superó a Trauco y Everton volvía a celebrar ante Advíncula. El plan inicial duró eso, un tercio de la primera escena. Si el objetivo era cortar, el ataque perdía fuerza y carecía de sorpresa. El local no ampliaba su superioridad y en el primer momento que se pudo asociar con el balón controlado, se lastimó. Flores y Cueva juntos por derecha, donde Christian provocó que el balón impacte sobre el brazo de Thiago Silva. Penal para el árbitro, le llamaron del VAR y mantuvo su posición. Alisson Becker, reciente campeón europeo con Liverpool, veía peligrar su invicto ante Paolo Guerrero. Repiqueteo del capitán en el Maracaná y definición hacia la derecha. Perú recuperaba sus chances con ese 1-1 a dos minutos de finalizar la primera parte.
Pero duró tan poco como para caer en cuenta que le discutíamos el título a Brasil. Firmino presionó a Yotún, la conducción de Arthur engañando a sus oponentes y los resbalones de Tapia y Zambrano. Otra vez el anfitrión arriba. En el complemento, aunque con uno menos estuvieron los de Tité durante 20 minutos por la expulsión de Gabriel Jesús, a la blanquirroja no le alcanzó para igualar nuevamente. El penal de Zambrano a Everton, discutido, provocó que Richarlison diluyera la esperanza.
Perú perdió 3-1 en la final de la Copa América ante Brasil el 7 de julio, un año atrás, y aunque nuestro stand de trofeos pedía tras décadas a un nuevo integrante, observó la recomposición de su equipo que supo colocarse cerca de la cima de Sudamérica, hecho por el que se aguarda su presencia sea cada vez más frecuente.
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