Perú supo contener las fortalezas de Bolivia en la altura, pero tardó en refrescar zonas claves donde el rival lastimó. Análisis táctico de la caída que compromete a la 'bicolor' en las Eliminatorias.
La frustración por el resultado tiene sustento. Sin llegar a la perfección, el plan de reducir las fortalezas de Bolivia en La Paz había sido correcto, complementado por un segundo partido consecutivo en Eliminatorias de gran presentación del bloque defensivo central, con Pedro Aquino, Alexander Callens y Christian Ramos. La altura no es un mito y aunque se supo lidiar con ella, ahogó las decisiones sobre el final.
Para evitar el impacto de los primeros minutos, la Selección Peruana conformó un bloque medio sin desgastarse en la presión sobre la salida contraria. Los cuatro mediocampistas ubicados delante de Aquino se alternaron los saltos hacia los receptores y priorizando la marca zonal. Solo hubo un orden específico y era el de evitar que el zurdo Moisés Villarroel ejerza de distribuidor del balón largo en ‘La Verde’.
La vigilancia frecuente sobre él fue por parte de Christofer Gonzales, algo que ejecutó de forma concreta llevando al ‘14’ de Bolivia a optar por los pases cortos sobre su rango de acción. Esto derivó a que, después de los centrales, la pelota sea administrada por Fernando Saucedo, el hombre del eje más asociado a la destrucción.
Farías contestó variando los roles en el campo de Algarañáz y el veterano Juan Carlos Arce. El primero dejando la banda para aproximarse más a Martins y Arce, además de sus apariciones por banda, retrocediendo a segunda línea para generar la circulación de pelota y encargarse de los servicios en largo.
Perú contuvo el principal camino al gol de su rival, aunque dejó activo en diversos pasajes la aparición sobre la frontal del área sea para descargar o disparar a portería, como sucedió en la anotación de Ramiro Vaca.
La puesta en escena se acercó a lo previsible para intentar sumar en un escenario en el que jamás se ganó por Eliminatorias. No desgastándose en la presión donde dosificar cuesta más, hubo momentos de dominio colectivo con balón que lastimaron a Bolivia. Gabriel Costa saliendo de su zona de referencia para involucrarse con la pelota y poder romper para encontrarse contra los defensas.
En La Paz, Perú no se decantó por tener a dos interiores llegando sobre el área rival. Era uno u otro, no ambos, y sin Sergio Peña fue Yoshimar Yotún quien asumió el rol de acompañar metros más adelante y hasta con opción de disparar a portería.
La altura no es un factor mínimo y aunque físicamente no lució una notoria superioridad en ese aspecto del contrario, solo realizar una variante en la medular influyó, al punto que la diferencia pudo ser más de un gol.
Gareca cambió a Aquino por Cartagena, pero mantuvo a Yotún y Gonzales. Christofer reaccionó tarde a bloquear a Vaca, vale decir en responsabilidad conjunta tras pérdida de Cueva. El desgaste influyó y solo tras el gol el técnico optó por retirar a uno de los internos, pero resolviendo el ingreso de dos elementos más ofensivos como Farfán y García.
La ejecución del plan de juego de Perú estuvo a la altura en La Paz, pero sin oxígeno en una zona sensible sobre el tramo final para rescatar algo más del Hernando Siles.
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