Philip Luther, director de Amnistía Internacional en el Medio Oriente dijo que el terrible futuro de un segundo ahorcamiento subraya la crueldad y la inhumanidad de la pena de muerte.
Amnistía Internacional (AI), instó a Irán a que no siga adelante con el segundo intento de ejecutar a un traficante de drogas que sobrevivió a un ahorcamiento fallido la semana pasada.
El iraní de 37 años, que ha sido identificado como Alireza M, estuvo colgado en la horca durante 12 minutos en una cárcel de la ciudad nororiental de Bojnord, después de los cuales un médico lo declaró muerto.
Al día siguiente, según la BBC, un trabajador preparaba el cuerpo para que fuese recogido por la familia y se dio cuenta de que aún respiraba.
“Lo encontramos vivo y eso hizo que sus dos hijas se sintieran muy felices”, dijo un miembro de la familia no identificado a los medios estatales iraníes. El hombre ahora intenta recuperarse en un hospital local, bajo vigilancia armada, antes de que se lleve a cabo el segundo intento de ejecución.
“El veredicto fue una sentencia de muerte y eso es lo que ocurrirá cuando el hombre se recupere”, reiteró más temprano un funcionario iraní.
Grupos de derechos humanos creen que Irán ocupa el segundo lugar, después de China, en la lista de países que sentencian el mayor número de penas de muerte, por delitos que van desde el asesinato y las violaciones, hasta el espionaje y el tráfico de drogas.
“Este hombre enfrenta el terrible futuro de un segundo ahorcamiento, después de haber pasado por todo ese calvario. Eso simplemente subraya la crueldad y la inhumanidad de la pena de muerte”, dijo Philip Luther, director de Amnistía Internacional en el Medio Oriente y el Norte de África, en un comunicado de prensa.
Luther hizo un llamado doble: a que se suspenda la ejecución de este sobreviviente y a que se decrete una moratoria de todas las ejecuciones en Irán.
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