Renzo Hinostroza, quien iba en el asiento del copiloto del auto en que viajaba la fallecida, dijo que los mismos policías que dispararon los obligaron a ir a la comisaría de Salamanca pese a que la joven estaba inconsciente.
Renzo Hinostroza, quien iba en el asiento del copiloto del vehículo en el que falleció la joven Jeremy Acuña Vega la madrugada del 1 de enero producto de un disparo cerca al corazón, aseguró que efectivos "dispararon a matar" contra el vehículo en el que viajaba la víctima y su primo, quien conducía.
"No he visto ningún carro adelante...no hubo una señal de alto o debieron disparar a los neumáticos y no al asiento del copiloto", expresó a RPP Noticias al narrar cómo ocurrió el tiroteo, que la Policía argumenta fue porque perseguían delincuentes.
El joven indicó que efectivos lo obligaron a él y a Gianfranco Obregón, primo de la occisa, a ir a la comisaría de Salamanca pese a que él les pidió ir a una clínica, en vista que Jeremy estaba inconsciente y ya que también estaba herido en el rostro por un fragmento de bala.
Comentó que prácticamente fue innecesario su traslado a la comisaría porque solo estuvieron alrededor de cuatro minutos en la delegación sin que se levantara algún parte. Refirió que en su opinión la Policía se dio cuenta de que habían cometido un error.
Hinostroza cuestionó que los efectivos hayan dispuesto el traslado a la clínica Montefiori en vez de a otro nosocomio al que hubieran llegado en menos de 15 minutos, tiempo que tomó el traslado a dicha clínica.
Sobre el momento de la balacera relató que, viajaban por la avenida Marginal con rumbo a una playa del sur, cuando sintieron impactos contra el vehículo. Dijo que en un principio pensaron que se trataban de cohetones.
Refirió que desde el patrullero que los seguía, continuaron disparando hasta tres veces más pese a que ya habían detenido la marcha.
Detalló que eran tres los policías que participaron en la intervención, y fueron ellos mismos quienes los trasladaron a la clínica Montefiori, pero que se desaparecieron tras enterarse que la muchacha, de 19 años, había muerto.
Agregó que puede reconocer a uno de los miembros policiales, al que se sentó a su lado cuando fueron obligados a ir a la comisaría de Salamanca.
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