Movimientos sociales manifestaron que esperaban de la Cumbre un documento mucho más audaz y ambicioso.
Un grupo de 36 representantes de la Cumbre de los Pueblos se reunió con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y le transmitió su "profunda frustración" con los resultados de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20.
"Me gustaría iniciar nuestra charla expresando nuestro profundo desencanto, nuestra profunda frustración en relación al documento oficial presentado", afirmó a Ban la activista brasileña Iara Pietrovsky, integrante de la organización de la Cumbre de los Pueblos, al iniciar la reunión.
Los delegados de los movimientos sociales entregaron a Ban un texto con las conclusiones de los diez días de debates y plenarias que han congregado a miles de personas y decenas de movimientos sociales de todo el mundo en el centro de Río de Janeiro.
Los movimientos sociales abordaron las cuestiones sobre el desarrollo sostenible que más preocupan a los sindicatos, grupos campesinos, ecologistas, pueblos indígenas y organismos defensores de los derechos humanos.
La reunión se celebró a puerta cerrada, duró cerca de una hora y en ella los portavoces de los movimientos sociales criticaron las "falsas soluciones" propuestas por los defensores de la "economía verde" a los problemas relacionados con el cambio climático o con la pobreza.
"Los movimientos sociales esperábamos un documento mucho más audaz, más ambicioso", dijo Pietrovsky, según el audio de la charla divulgado por la ONU.
Ban reconoció el "papel clave" de los movimientos sociales en el desarrollo sostenible, a la vez que defendió que la declaración de Río, que será firmada hoy por los mandatarios, "es un buen documento".
El secretario general de la ONU señaló que "lo más importante no son las palabras, sino la implementación" de los principios propuestos en Río.
Ban pidió a los representantes de la Cumbre de los Pueblos que no rechacen la economía verde, puesto que "no es una ideología", sino "una herramienta" del desarrollo sostenible, por lo que les invitó a sumarse para dotarla de una dimensión social.
Al salir de la reunión, el director internacional de Greenpeace, Kumi Nadoo, criticó el acuerdo alcanzado en Río por la falta de compromisos y de medios de financiación.
"No hay dinero en la mesa, no hay metas. Ni la sociedad civil ni nosotros debemos aceptar esta forma de actuar", afirmó en declaraciones a periodistas.
EFE
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